Llevar un estilo de vida saludable contribuye a mejorar nuestra calidad de vida conforme vamos cumpliendo años. No se trata solo de vivir más tiempo, sino de vivir bien; de esquivar, en la medida de lo posible, los obstáculos e incapacidades que nos puedan impedir disfrutar de una calidad de vida adecuada y, de esta forma, continuar participando de manera activa en la vida social y familiar durante la tercera edad.
Existe la vieja y errónea creencia de que de mayores debemos resignarnos a la enfermedad o la discapacidad. Los problemas de salud, como las enfermedades cardiovasculares, los problemas metabólicos o las dificultades en la movilidad, entre otros, se pueden prevenir o, al menos, podemos retrasar su aparición por medio de varias estrategias que les recomiendo a mis pacientes en el consultorio.
- Actividad física: hacer diario un mínimo de 30 minutos de ejercicio ayuda a mantener el músculo. Esto mantiene el metabolismo activo, huesos fuertes y mejora la postura, entre otros beneficios. Además, la actividad física se considera un antidepresivo natural, pues nos ayuda a producir neurotransmisores que nos hacen sentir mucho mejor.
- Alimentación saludable: disminuir el consumo de productos empaquetados e industrializados y comer suficiente fruta y verdura ayuda a obtener los nutrientes necesarios para tener una salud óptima.
- Chequeos anuales: la mejor manera de prevenir enfermedades es cuidándonos cada año con estudios de laboratorio generales que tu médico de cabecera puede mandar y verificar que todo esté bien.
- Ejercitar el cerebro: leer, estudiar y aprender algo nuevo siempre ayudará a tu cerebro a mantenerse activo.
- Sueño: dormir de ocho a diez horas diarias, sin interrupciones y de preferencia en un ambiente sin luz.
- Vida social: reír, conocer gente, interactuar y sociabilizar con otra gente ayuda mucho, aunque no lo creas. Hemos perdido la importancia de ir a eventos sociales o realmente tener amistades que nutren el corazón.
- Espiritualidad: creer en algo, rezar, meditar, agradecer y tener un propósito en esta vida ayuda a tener una mejor esperanza de vida.
Es posible que la vida mejore a medida que envejecemos, especialmente cuando estamos abiertos a la idea de que nuestro bono de longevidad puede ser un ascenso, no un descenso. Con esta pensamiento diario podemos tener un estilo de vida saludable hasta el fin de nuestros días. N
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Jessica Nasser es licenciada en nutrición clínica, certificada como entrenadora personal por la World Fitness Association y diplomada en nutrición vegetariana. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.