

DURANTE AÑOS LOS ADYUVANTES han sido un elemento esencial de las vacunas porque potencian la respuesta inmunitaria del organismo y aumentan su eficacia. Sin embargo, esta semana se espera que el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de Estados Unidos abra una discusión sobre el aluminio, un adyuvante ampliamente utilizado en inoculaciones contra la difteria, el tétanos y la hepatitis B, entre otras.
“Los adyuvantes son compuestos que fortalecen la respuesta inmunitaria y elevan la capacidad de las vacunas para generar inmunidad duradera contra enfermedades infecciosas. Durante el último siglo cientos de millones de personas han recibido vacunas que contienen pequeñas cantidades de aluminio como adyuvante”, señala la revista científica Nature, que coloca el tema en primer plano.
Al mismo tiempo, diversos grupos de investigación aceleran el desarrollo de nuevos adyuvantes capaces de estimular las respuestas inmunitarias necesarias para enfrentar patógenos específicos. Estas sustancias podrían resultar decisivas para el éxito de la próxima generación de vacunas contra enfermedades como la tuberculosis y la malaria, y virus como el VIH.
“Estos son problemas de salud mundial de enorme magnitud y es probable que los adyuvantes formen parte de la solución”, afirma Darrell Irvine, inmunólogo especializado en vacunas del Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla, California.
Los adyuvantes actúan de distintas formas. Algunos inducen niveles bajos de inflamación en el sitio de la inyección, lo que favorece el reclutamiento de células inmunitarias en la zona y su permanencia. Otros resultan más específicos y activan vías de señalización molecular en ciertos tipos de células inmunitarias.
En el caso del aluminio, su eficacia como potenciador de vacunas, conocida desde hace más de un siglo, supera cualquier riesgo potencial y lo ubica en la primera categoría de estos compuestos.
A pesar de su historial, el secretario de Salud estadounidense, Robert F. Kennedy Jr., quien ha sostenido durante años una campaña contra las vacunas, sostiene que los adyuvantes de aluminio se relacionan con el autismo y las alergias alimentarias. En julio un equipo de investigadores de Dinamarca publicó un estudio con más de un millón de niños que no identificó tal relación. Kennedy pidió la retractación del trabajo; la revista se negó.
Los asesores del ACIP, designados directamente por Kennedy, discutirán esta semana el uso del aluminio en las vacunas, aunque aún no han fijado una fecha para someter el tema a votación.
“Cualquier requisito para eliminar el aluminio sería un shock para el sistema y dejaría ineficaces algunas vacunas cruciales. No se puede simplemente desechar un adyuvante que funciona y es seguro antes de tener algo que se sabe será un buen sustituto”, dice Marco Cavaleri, director de amenazas para la salud pública de la Agencia Europea de Medicamentos en Ámsterdam, Países Bajos.
Rhea Coler, investigadora de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle, explica que los adyuvantes se han convertido en un componente esencial de las vacunas en las últimas décadas, ya que los desarrolladores han dejado de usar patógenos muertos o inactivados para las inoculaciones.
De acuerdo con los especialistas, el uso de patógenos completos aumenta el riesgo de efectos secundarios tóxicos, por lo que los desarrolladores ahora prefieren diseñar vacunas que contengan solo unos pocos componentes específicos del patógeno.
Hoy en día el inmunólogo Darrell Irvine, por ejemplo, trabaja con un consorcio de científicos que están desarrollando una vacuna contra el VIH. La vacuna necesita estimular una población muy poco común de células inmunitarias capaces de producir anticuerpos que pueden atacar a muchas variantes diferentes del virus.
Para ello, Irvine y sus colaboradores desarrollaron un adyuvante para que la vacuna logre este objetivo; ambas herramientas se estudian actualmente en un ensayo clínico. No obstante, el clima político vigente les preocupa a los investigadores. “Sigue siendo un área de investigación en la que debemos centrarnos y financiar”, agrega. N