

LOS PEQUEÑOS ELECTRODOMÉSTICOS que funcionan con resistencias eléctricas y motores de corriente continua con escobillas —como secadores de pelo, tostadoras y freidoras de aire— representan una fuente importante de partículas ultrafinas (UFP) capaces de generar riesgos para la salud, sobre todo en niños pequeños.
Así lo advierte una nueva investigación realizada en Corea del Sur por el profesor Changhyuk Kim, de la Universidad Nacional de Pusan, centrada en evaluar de qué manera estos aparatos comunes liberan partículas ultrafinas de metales pesados que pueden depositarse en las zonas más profundas de los pulmones.
En los últimos años, los avances en la tecnología de medición impulsaron una mayor atención hacia las UFP y mostraron que las fuentes presentes en interiores suelen superar a las que se encuentran en exteriores.
Kim explicó que el estudio subraya la necesidad de entender cómo los dispositivos domésticos contribuyen a la contaminación del aire y de qué forma ese conocimiento puede influir en futuras políticas de salud pública.
“A largo plazo, la disminución de las emisiones de UFP en los aparatos de uso cotidiano podría favorecer ambientes interiores más saludables y reducir los riesgos de exposición crónica, especialmente en los niños pequeños”, indicó.
Los secadores de pelo resultan especialmente preocupantes porque se utilizan muy cerca del cuerpo y no incluyen barreras que limiten la exposición. El equipo de Kim midió las emisiones de varios aparatos, comparó motores con y sin escobillas en secadores de pelo y analizó las bobinas de calentamiento de freidoras de aire y tostadoras. (Los motores con escobillas emplean contactos de carbón que permiten el paso de electricidad entre las partes fijas y móviles del motor).
Los investigadores también identificaron la composición química de las partículas y recurrieron a modelos de simulación para evaluar el trayecto que siguen las UFP una vez inhaladas. Los resultados mostraron que los aparatos con motores de corriente continua con escobillas o con bobinas de calentamiento liberan concentraciones mucho más elevadas de partículas —entre 10 y 100 veces más— que los dispositivos equipados con motores sin escobillas.
Muchas bobinas contenían metales como cobre, hierro, aluminio, plata y titanio, elementos asociados con mayor riesgo de inflamación y citotoxicidad al ingresar al organismo. Las simulaciones revelaron que las partículas tienden a concentrarse en la región alveolar de los pulmones, la zona más profunda del sistema respiratorio.
Los niños enfrentan mayor vulnerabilidad debido al diámetro reducido de sus vías respiratorias y a una relación más alta entre el volumen de deposición y el peso corporal. El estudio advierte que bebés y niños pequeños pueden recibir dosis proporcionalmente más elevadas que los adultos en situaciones de exposición similares.
Los investigadores señalaron que el método empleado en este trabajo también podría aplicarse al análisis de otros productos de consumo, en un contexto donde diversas industrias buscan incorporar diseños que prioricen la salud humana. N
(Con información de Newsweek Internacional)