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El suicidio es un fenómeno multifactorial y se puede definir como el acto intencional de autolesión que está diseñado para ser mortal. Es de mencionarse que el comportamiento suicida incluye la ideación suicida, intento de suicidio y suicidio consumado. Desde hace algunas décadas el suicidio ha sido tratado como un problema de salud pública. Sin embargo, después de la crisis pandémica que se ha enfrentado recientemente se convierte en altamente necesario poner mayor énfasis en este asunto.
Los datos sobre los casos reportados acerca del fenómeno suicida, ya eran de por si alarmantes. En el año 2019 según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 700 000 personas murieron por suicidio. Dicho de otra forma, una de cada cien muertes ocurre por suicido, no está de más mencionar que de todas las muertes por suicidio, más de la mitad (58%) ocurren antes de los 50 años.
Para el año 2022, las cifras de personas que perecieron por suicidio a nivel mundial no tuvieron un aumento según algunos metaanálisis, este fue variable en las regiones. No obstante, los intentos que llevan a ese acto si vieron un incremento. En lo que respecta a la región de las Américas sí que aumento la tasa de suicidios. Asimismo, la cantidad de mujeres que recurren al suicidio para poner fin a su existencia ha aumentado, antes se presentaba mayormente en el sexo masculino.
Como se dijo el suicidio en menores de 50 años es mayormente frecuente. Información de los Centros para el control y prevención de enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) indica que el suicidio es la segunda causa principal de muertes en los jóvenes de 15 a 24 años en Estados Unidos. En el caso de México, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el año 2020 hubo 7 896 suicidios en México, 700 más con respecto a 2019 y mil más que en 2018. De las 7 896 personas que cometieron suicidio, 2 293 tenían de 20 a 29 años de edad 1 260 eran adolescentes de 10 a 19 años.
El comportamiento suicida es complejo y las causas que lo originan pueden ser variadas. Se estima que por cada persona que muere por suicidio veinte podrían intentarlo. Existen factores de riesgo que aumentan la posibilidad de que se presente un suicidio. Algunos de ellos son: trastornos de salud mental como depresión, ansiedad y otros que tienen que ver con el estado de ánimo, así como consumo de alcohol y otras sustancias, comportamientos impulsivos, exposición a violencia familiar incluido el maltrato físico o sexual , presencia de pistolas u otras armas de fuego en el hogar, antecedentes familiares de suicidio, intentos de suicidio previos, exposición ya sea directa o indirectamente a comportamientos suicidas de otros, como de familiares o compañeros, solo por mencionar algunos.
Un informe presentado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2022 señala que un estudio publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet, destaca la importancia de “ir más allá con las medidas preventivas del suicidio y atender la prevención del suicidio desde un enfoque social”. Considerar para la prevención del suicidio factores contextuales que impactan de diferente forma a la vida de las personas de acuerdo con su género, mejorar las oportunidades de empleo y la calidad y acceso a servicios de salud. La vida parece a veces demasiado difícil para poder sobrellevarla, cada persona desarrolla recursos de afrontamiento, pero en ocasiones estos recursos parecen agotarse. Los eventos estresantes de la vida (pérdida de un ser querido, problemas legales o dificultades financieras) y los factores estresantes interpersonales (vergüenza, acoso, intimidación o problemas en las relaciones pueden contribuir a la posibilidad de suicidarse”.
Se debe hacer énfasis que algunas personas que han intentado suicidarse dan testimonio describiendo la experiencia como el encierro en un cuarto oscuro donde no parece hacer puerta de salida. Generalmente una persona que está considerando un suicidio puede estar presentando algunas señales que es importante identificar, estas pueden variar en cada persona:
- Experimentar dolor crónico
- Hablar de querer morir o desear matarse.
- Hablar de sentirse vacío o desesperado, o de no tener motivos para vivir.
- Hablar de sentirse atrapado o pensar que no hay ninguna solución.
- Sentir un dolor físico o emocional insoportable.
- Hablar de ser una carga para los demás.
- Alejarse y amigos.
- Regalar posesiones importantes.
- Decir adiós a amigos y familiares.
- Poner sus asuntos en orden, como hacer un testamento.
- Asumir grandes riesgos que podrían resultar en la muerte, como conducir extremadamente rápido.
- Hablar o pensar en la muerte con frecuencia.
- Cambios repentinos en el estado de ánimo.
La detección e intervención oportuna puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Enfrentar el tema del suicidio no es fácil y está rodeado de muchos mitos. Uno de ellos es el temor de que preguntar a alguien en riesgo si ha pensado en quitarse la vida pueda empeorar la situación. Sin embargo, está comprobado que hacer esta pregunta de manera directa actúa como un factor protector, ya que demuestra interés genuino por la persona y disposición para escucharla. ¿Entonces, qué podemos hacer si alguien nos indica que está considerando el suicidio?
- Escuche y tome en serio sus preocupaciones
- No tengas miedo de hacer preguntas sobre sus planes.
- Hágales saber que le importa y que no están solos.
- Aliéntelos a buscar ayuda profesional inmediatamente.
- No los dejes solos
Tenga siempre identificadas instituciones y profesionales de ayuda que a los que pueda acudir en caso de necesitar ayuda. La salud mental debe ser siempre una prioridad, no hay salud, sin salud mental, cuidémonos entre todos. El suicidio se puede prevenir, la línea de la vida de México funciona las 24 horas, el teléfono es: 800 911 2000. N