La difícil situación que se vive en la Amazonia ha recibido mucha atención durante la última semana, luego de que se reportó que Brasil, que alberga a cerca de 60 por ciento de la selva tropical del mundo, ha enfrentado un importante incremento en el número de incendios durante este año.
En medio de la cobertura, muchos medios de comunicación, organizaciones sin fines de lucro, celebridades e incluso líderes mundiales repitieron la afirmación de que la Amazonia produce 20 por ciento del abastecimiento de oxígeno en todo el mundo, lo que implica que la destrucción de la selva plantea una amenaza para todos.
¿Pero esto es verdad? Expertos señalan que la cifra real es menor y que, además, esta forma de pensar conduce a errores, dada la verdadera naturaleza del efecto de la Amazonia en los niveles mundiales de este gas.
“He visto esta cifra de 20 por ciento por todas partes en las redes sociales, y realmente no tiene mucho sentido”, declaró a Newsweek Allison Mills, Directora Asociada de Comunicaciones de Investigación de la Universidad Tecnológica de Michigan. “Existen muchas, muchas razones para estar preocupados, y de hecho, aterrados, por el resurgimiento de la deforestación y la quema de la selva amazónica, pero el riesgo al suministro de oxígeno del planeta no es una de esas razones”.
De hecho, los niveles de este gas atmosférico en el mundo son bastante estables y no dependen de la selva tropical, que, a largo plazo, utiliza la misma cantidad de este gas que la que produce, de acuerdo con Philip Fearnside, catedrático del Instituto Nacional de Investigación sobre la Amazonia, con sede en Brasil.
“Me sorprendió ver en los medios de comunicación tradicionales la afirmación de que 20 por ciento del oxígeno del mundo proviene de la Amazonia”, declaró Fearnside a Newsweek. “La Amazonia no es una enorme fuente de oxígeno debido a que los árboles también respiran, igual que los animales. Los árboles utilizan la mayor parte del oxígeno que producen a través de la fotosíntesis”.
En la fotosíntesis, las plantas capturan y almacenan la energía solar, y la utilizan para convertir el dióxido de carbono del aire en moléculas de azúcar que utilizan como alimento, produciendo oxígeno como subproducto.
“Se produce una liberación neta de oxígeno mientras el árbol crece y almacena carbono en su tronco, pero cuando muere, la madera se pudre y emplea la misma cantidad de oxígeno del aire para formar dióxido de carbono (CO2) a partir del carbono de la madera”, afirmó.
Entérate: La NASA revela la cantidad de monóxido de carbono que genera el incendio en la Amazonia
“La liberación neta de oxígeno se produce únicamente si el carbón capturado a través de la fotosíntesis se quema en un lugar donde no puede combinarse con el oxígeno para formar CO2. A escala mundial, la principal ubicación para que ocurra esto es el fondo del océano, donde algunos de los organismos se hunden en el fondo cuando mueren y quedan sepultados en los sedimentos”.
Esencialmente, esto significa que el efecto neto de la selva tropical de la Amazonia en la cantidad de oxígeno en la atmósfera mundial es “prácticamente nulo”, debido a que la fotosíntesis para producir nueva materia vegetal (casi) se compensa por los microorganismos que descomponen el material vegetal muerto, de acuerdo con Mills.
“La cantidad de oxígeno en la atmósfera es de 20.95 por ciento, y no se ha modificado mucho”, señaló. “Desde este punto de vista, la Amazonia podría quemarse y desaparecer, y la cantidad de oxígeno de la atmósfera no se vería demasiado afectada; sin embargo, el CO2 es otra historia”.
Mills señala que, desde 1990, el nivel de oxígeno en la atmósfera ha disminuido 0.005 por ciento: una cantidad insignificante.
“Esto puede detectarse científicamente y es muy interesante y útil, pero es insignificante desde el punto de vista práctico”, afirmó. “La disminución se debe (principalmente) a la quema de combustibles fósiles, y alrededor de 10 por ciento se debe a la quema de biomasa relacionada con la deforestación mundial. Si la deforestación de la Amazonia constituyera la mitad de toda la deforestación, lo cual probablemente no es así, entonces solo cinco por ciento de la reducción general de 0.005 en la cantidad de oxígeno se debería a la deforestación de la Amazonia”.
Entonces, si perdemos toda la selva amazónica, esto solo modificaría la cantidad de oxígeno atmosférico, que se cree que pesa 1.2 millones de gigatoneladas en total, en muy pequeña medida, mucho menos de 1 por ciento.
Te puede interesar: Bolsonaro insinúa que las ONG son responsables de incendios en la Amazonia
Pero aun cuando la Amazonia tiene un efecto muy pequeño en la cantidad de oxígeno de la atmósfera terrestre, ¿podemos calcular cuánto produce? Mills afirma que la vegetación tropical es responsable de cerca de 25 por ciento del oxígeno que se produce mediante la fotosíntesis en la tierra, a través de los árboles, arbustos, pastos y otras plantas.
“La Amazonia constituye, como máximo, la mitad de la selva tropical, y ciertamente, bastante menos, lo que significa que, cuando mucho, 12 por ciento del oxígeno producido cada año por la fotosíntesis terrestre proviene de esa selva tropical. Sin embargo, la fotosíntesis terrestre es tan solo alrededor de la mitad de la fotosíntesis mundial; la otra mitad se produce en el océano. Por tanto, como máximo, 6 por ciento del oxígeno derivado de la fotosíntesis proviene de la Amazonia”, afirma Mills. “Debemos tener en cuenta que incluso los flujos brutos de oxígeno de la fotosíntesis son muy pequeños en comparación con la enorme cantidad de oxígeno de la atmósfera”.
En una conversación con Newsweek, Andrei Lapenas, catedrático de climatología de la Universidad de Albany, SUNY, calculó una cifra de la producción de oxígeno de la Amazonia, y estimó que la selva consume y emite alrededor de 32 gigatoneladas al año.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek