Aunque gran parte del mundo sigue en aislamiento social por la pandemia del COVID-19, algunos países han comenzado a desconfinarse de manera gradual e, incluso, naciones como Reino Unido, Francia y Chile han considerado entregar un “pasaporte de inmunidad” a quienes se han recuperado de la enfermedad.
Este pasaporte permitiría a las personas viajar o regresar al trabajo asumiendo que están protegidas contra una reinfección.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que actualmente no hay evidencia de que las personas que se hayan recuperado del COVID-19 y tengan anticuerpos estén protegidas contra una segunda infección. Por lo que conminó a los gobiernos a no emitir “pasaportes de inmunidad”.
Aun con la recomendación, Chile es el primer país a escala mundial en emitirlo. Según el ministro de Sanidad de ese país, Jaime Mañalich, “gracias a este carné sanitario, el gobierno chileno identificará a las personas que con altísima probabilidad ya tuvieron coronavirus y no son capaces de contagiar a otros ciudadanos. Las personas que obtengan su carné COVID podrán reincorporarse a sus puestos de trabajo y hacer vida ‘normal’”.
En Chile, según datos de la Johns Hopkins University, hay al menos 20,643 personas infectadas y ya han fallecido por coronavirus 270 personas.
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La OMS sigue examinando los datos científicos sobre las respuestas de anticuerpos a la infección por el virus SARS-CoV-2. La mayoría de estos estudios muestran que las personas que se han recuperado de una infección poseen anticuerpos contra el virus.
Sin embargo, en algunas de ellas la concentración hemática de anticuerpos neutralizantes es muy baja, lo que apunta a que la inmunidad celular también podría desempeñar un papel crucial en la recuperación.
“Al 24 de abril de 2020 no se disponía de ningún estudio que evaluase si la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 confiere inmunidad a una infección posterior por este virus en el ser humano”, indicó la OMS.
LOS “PASAPORTES” PODRÍAN AUMENTAR EL RIESGO DE TRANSMISIÓN
Las pruebas de laboratorio que detectan anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en el ser humano, entre ellas las pruebas rápidas de inmunodiagnóstico, necesitan una mayor validación para determinar su exactitud y fiabilidad. “Unas pruebas de inmunodiagnóstico inexactas pueden clasificar erróneamente a las personas de dos formas”.
La primera es que identifiquen erróneamente como negativas a personas que han estado infectadas, y la segunda es que señalen erróneamente como positivas a personas que no han pasado la infección.
“Ambos errores tienen consecuencias graves y afectan los esfuerzos para controlar la enfermedad. Además, es necesario que las pruebas distingan con exactitud entre infecciones anteriores por SARS-CoV-2 e infecciones debidas a alguno de los otros seis coronavirus humanos conocidos. Cuatro de ellos son los causantes del resfriado común y circulan de forma generalizada.
“Los otros dos son los causantes del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS). Las personas infectadas por cualquiera de estos virus podrían generar anticuerpos que diesen lugar a reacciones cruzadas con los anticuerpos generados en respuesta a la infección por SARS-CoV-2”, explicó la OMS.
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La organización fue enfática al señalar que, en esta fase de la pandemia, los datos científicos sobre la eficacia de la inmunidad mediada por anticuerpos no son suficientes para garantizar la exactitud de un pasaporte de inmunidad o certificado de ausencia de riesgo.
Se advirtió que las personas que den por hecho que son inmunes por haber obtenido un resultado positivo en la prueba podrían hacer caso omiso de las recomendaciones de salud pública, por lo que el uso de estos certificados podría aumentar el riesgo de transmisión continuada.
LA INMUNIDAD LA DETERMINARÍA UN KIT
En Reino Unido, quienes están de acuerdo con esta idea han asegurado que las personas con anticuerpos podrían recibir certificados en papel o digitales.
“Si esta situación dura seis o nueve meses, o si hay una segunda ola, se puede suponer que la gente querrá abandonar sus hogares. Se necesita algún mecanismo para verificar la inmunidad de una persona”, dijo Husayn Kassai, director ejecutivo de la empresa de identidad digital Onfido, según informó El Espectador.
Onfido ha tenido conversaciones sobre el tema con el gobierno británico. Ha explicado que “la inmunidad la determinaría un kit de prueba similar al utilizado para los test de embarazo y validado por las autoridades de salud”.
Estos podrían detectar tres estados. Verde si se es completamente inmune; ámbar, parcialmente inmune, y rojo, riesgo de contagio. “Los resultados podrían modificarse en una base de datos si es necesario”, dijo Kassai.
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En Francia, la empresa tecnológica Socios ya desarrolla un permiso de inmunidad de eventos deportivos para que “solo los aficionados con riesgo de salud bajo o nulo puedan asistir inicialmente a los partidos”, explicó en su sitio web.
La profesora de investigación especializada en salud pública en el Centro de Ciencias y Seguridad de la Salud Global de la Universidad de Georgetown, Claire Standley, se dijo escéptica sobre los certificados, en parte por la “falta de certeza sobre en qué medida los anticuerpos ofrecen protección contra una nueva infección”.
En Alemania, de acuerdo con información exclusiva del medio Der Spiegel, el gobierno está preparando un estudio masivo de ciudadanos para comprobar la viabilidad del pasaporte inmunológico.
“La idea del proyecto, según señalan los propios investigadores, pasa por analizar la sangre de más de 100,000 personas, detectar los anticuerpos que combaten el coronavirus, demostrar que no corren riesgo de contagiarse y su vuelta a la vida normal poco a poco”.
En un documento de posicionamiento, la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) advirtió que este tipo de pasaportes de inmunidad conducen a la limitación estratificada de las libertades y derechos fundamentales por motivo de salud y que generan discriminación y estigma en función del estado serológico.
“Las medidas dirigidas a hacer público el estado serológico pueden disuadir a la población en la búsqueda de atención sanitaria”, agregó.