Mensaje del Cónsul General de Estados Unidos en Tijuana
Llegar a esta frontera es algo que aún hoy en día me impacta. Desde mi llegada, hace casi tres años, quedé impresionado con la región Cali-Baja y sus increíbles conexiones económicas, culturales y familiares.
Profundos lazos transfronterizos unen a nuestros países. Por eso la importancia de que esta frontera sea moderna y eficiente, que facilite el crecimiento, las oportunidades y la movilidad. Me enorgullece haber podido llamar a esta dinámica frontera, mi casa. En el Consulado nuestra tarea más relevante es la de apoyar y dialogar para conectar a una gran comunidad binacional en el camino de detonar todo su potencial.
Vivir en la frontera permite apreciar de primera mano la gran colaboración que existe entre Estados Unidos y México. Nosotros, los que trabajamos en esta región, tenemos la posibilidad de hacer un impacto en nuestra relación y con ello lograr los objetivos que nuestros dos países comparten. El principal de ellos es posicionar a América del Norte como la región más competitiva y dinámica del mundo. Y Cali-Baja puede servir como punto de arranque. Aquí nos encontramos en el umbral de las Américas.
Durante nuestra estancia, mi familia y yo conocimos a gente muy valiosa, comprometida con sus estados y su comunidad, y nos dimos cuenta que uno de los aspectos que caracteriza a esta mega región, es su gran impulso por el trabajo, el emprendimiento y la innovación.
La presencia e importancia de la industria en Baja California y Baja California Sur las posiciona como una región que promueve el desarrollo tecnológico y la hospitalidad, brindando beneficios a la inversión extranjera y empresas estadounidenses instaladas en esta región, y a los consumidores también, pues el mercado final de una gran cantidad de las exportaciones y servicios de ambos estados, son para nuestros ciudadanos.
Al sur de la península encontramos vastos atractivos naturales, importante agricultura y la cordial y calurosa recepción para millones de mis connacionales en un destino único a nivel mundial. A su vez, en el norte, la innovación ha contagiado a otras actividades creativas que hoy son referencia a nivel global, como la ya mundialmente famosa comunidad culinaria con sus reconocidos chefs, la creciente industria de la cerveza con sus cerveceros artesanales, y la industria vitivinícola, que ha creado nuevos productos que pueden competir a nivel internacional. Esta innovación y calidad es un reflejo de muchos factores, entre ellos, los profesionistas, las universidades, el sector empresarial y el apoyo gubernamental. Todos colaborando para crear, crecer, y desarrollar la vocación y talento de esta región y su comunidad.
Hay dos aspectos que considero importante mencionar sobre esta región: su resiliencia y su capacidad de reinvención. Para quienes son originarios, adoptados o vivimos aquí de manera temporal, es evidente que aún en los momentos más difíciles la población se ha distinguido por su sentido de comunidad. Cuando han existido adversidades, los bajacalifornianos y sudcalifornianos han salido adelante a través de mucho trabajo y amor por esta tierra. Francamente creo que eso nunca cambiará. Admiro mucho el cariño que la gente tiene por esta península a la que llaman su hogar, la cual yo también he llamado mi hogar en estos últimos años.
Desde Los Cabos hasta Tijuana, sus playas, las ballenas, el Mar de Cortés, la Rumorosa, Valle de Guadalupe, la Avenida Revolución y muchos otros sitios únicos han dado a los dos estados un gran potencial turístico. La inversión, empleo, y llegada anual de miles de visitantes comprueban que el turismo es y seguirá siendo una gran actividad económica y también una manera de difundir al mundo las bondades de esta región. Espero que esto nunca cambie y que las bellezas naturales de ambos estados sigan siendo en el futuro una realidad.
Tres años pasan rápido, pero a mi familia y a mí nos permitió conocer lo maravillosa que es esta tierra, la península de Baja California, pero sobre todo, nos dio la oportunidad de comprobar la calidez, hospitalidad y actitud positiva de su gente, especialmente de sus jóvenes. Sabemos que nuestros países prosperan más cuando trabajamos juntos y que nuestro bienestar es producto de la cooperación a favor del interés común. No es un adiós, sino un hasta pronto. Llevaremos a Baja California en nuestras mentes y nuestros corazones, y en un futuro regresaremos, ya que siempre nos consideraremos ciudadanos de esta frontera y de esta región.