Un nuevo mapa de la NASA exhibe la cantidad de agua que llevan los ríos de la Tierra, una información crítica en una época que nos obliga a hacer frente a la realidad del cambio climático.
Y no solo eso. El mismo gráfico resalta las regiones más preocupantes; entre ellas, la cuenca del río Colorado, en el suroeste de Estados Unidos y el norte de México, cuyos caudales se encuentran gravemente menguados.
“Podemos hacer muchas cosas para gestionar el uso [del agua] y asegurar que haya suficiente para todos”, declaró uno de los autores del reciente estudio que produjo dicho mapa. “Sin embargo, antes tenemos que responder a una pregunta: ¿Cuánta agua nos queda? Eso es fundamental para todo lo demás”.
Los investigadores hallaron que, entre 1980 y 2009, el caudal de los ríos del planeta sumaba un volumen promedio de 539 millas cúbicas (alrededor de 2,285 kilómetros cúbicos) de agua dulce. Como referencia, la NASA señala que eso equivale a casi la mitad del agua contenida en el lago Michigan.
Aun cuando pueda parecer una cantidad insignificante desde la perspectiva global, hay que recordar que los ríos del planeta son el sustento vital de muchas comunidades, y así lo han sido desde los albores de la civilización, enfatiza la NASA.
Los hallazgos del equipo de investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en el sur de California, aparecen detallados en un estudio publicado el pasado 22 de abril en la revista Nature Geoscience, donde los autores también presentan su cálculo sobre la rapidez con que el agua ingresa en los océanos.
LOS RÍOS ESTÁN AMENAZADOS POR LA MANO DEL HOMBRE
Otras regiones amenazadas por las actividades humanas que hacen uso intensivo de los recursos hídricos incluyen la cuenca del Amazonas, en América del Sur, y la cuenca del río Orange, localizada en la frontera entre Namibia y Sudáfrica.
A decir de los investigadores, el Amazonas es el torrente que almacena el mayor volumen fluvial, con un total aproximado de 204 millas cúbicas (aproximadamente 851 kilómetros cúbicos) de agua dulce. Esa cantidad representa cerca de 38 por ciento del cálculo global, y casi todo ese volumen regresa a los mares.
Para su investigación, los científicos tuvieron que hacer mediciones de presión de vapor y utilizaron modelos computarizados para calcular los distintos segmentos de 3 millones de ríos de todo el mundo.
En una declaración para Newsweek, el Dr. Cédric David, coautor del estudio y cofundador del Grupo de Agua y Ecosistemas de JPL, explicó que, aunque existen cálculos realizados en años pasados, la cantidad de agua fluvial del mundo no se había determinado con precisión hasta ahora. Al respecto, comparó dicha incertidumbre con lo que ocurriría con una persona que desconoce cuánto dinero hay en su cuenta bancaria.
“No teníamos idea de cuánta agua había en la ‘cuenta’ y, para colmo, el crecimiento demográfico y el cambio climático están complicando mucho la situación”, agregó el comunicado de David.
“Podemos hacer muchas cosas para gestionar el uso y asegurar que haya suficiente agua para todos. Sin embargo, antes teníamos que responder a una pregunta: ¿Cuánta agua nos queda? Eso es fundamental para todo lo demás”.
¿POR QUÉ LA NASA CALCULA LA CANTIDAD DE AGUA EN LOS RÍOS?
Saber a ciencia cierta de cuánta agua disponemos es cada vez más perentorio ante la amenaza que enfrentan los ríos con el cambio climático. El Río Colorado no es más que un ejemplo de la manera como las prolongadas sequías del calentamiento global están afectando los caudales de todos los ríos.
No hace mucho, el Colorado alcanzó los niveles más bajos jamás detectados en el último siglo, y esa mengua está afectando embalses como los lagos Mead y Powell, los cuales aportan agua esencial para las regiones de influencia.
Los investigadores del JPL también hicieron énfasis en varios casos donde los ríos vierten menos agua de la que reciben. Esos “flujos negativos”, observados en las cuencas del Colorado, el Amazonas y el Orange, apuntan al uso intensivo de agua para las actividades humanas.
La Dra. Elyssa Collins, autora principal de la investigación e investigadora posdoctoral asociada en la Universidad de Carolina del Norte en Raleigh, añadió que ciertas regiones revelaban algunas “huellas de gestión hídrica”.
El estudio aquí descrito aporta información muy necesaria sobre los ciclos del agua dulce en todo el mundo. Según informa la NASA, durante décadas, el volumen total de agua fluvial se calculó con base en una cifra obtenida en 1974. No obstante, ese cálculo de los flujos fluviales no se había actualizado en mucho tiempo.
El equipo de JPL señala que los hallazgos del reciente estudio podrían complementar los datos registrados por el satélite SWOT (siglas en inglés de Surface Water and Ocean Topography) y que, aunado a la información satelital, el nuevo cálculo mejoraría drásticamente las mediciones hechas en todo el mundo y ayudaría a esclarecer el impacto real de la actividad humana. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)