En un sorprendente giro de los acontecimientos, un funcionario de alto rango de la administración del presidente estadunidense Joe Biden ha confirmado que China está utilizando una base secreta en Cuba para espiar a Estados Unidos. Después de inicialmente calificar los informes como inexactos, la administración ha reconocido ahora la existencia de esta base, afirmando que el problema fue heredado de administraciones anteriores.
La noticia fue inicialmente revelada por The Wall Street Journal y luego respaldada por otros medios. Según los informes, China ha estado en conversaciones con el gobierno cubano para establecer una nueva base de espionaje en la isla. Aunque la Casa Blanca y el Pentágono negaron los informes en un principio, un funcionario de la administración aclaró posteriormente que la base ya estaba establecida antes de que asumieran el cargo.
El funcionario, que habló bajo condición de anonimato debido a la delicadeza del asunto, admitió que el espionaje chino ha sido motivo de preocupación constante para Estados Unidos. El esfuerzo de espionaje se enmarca dentro de los intentos de China de expandir su infraestructura de logística y recolección de inteligencia en el extranjero para proyectar y mantener su poder militar a mayor distancia.
La presencia de instalaciones de recolección de inteligencia china en Cuba fue actualizada en 2019, lo cual está respaldado por registros de inteligencia. Aunque la administración de Biden heredó este problema, ha tomado medidas para abordarlo desde que asumieron el cargo en enero de 2021.
El presidente Joe Biden ha dado instrucciones a su administración para que se ocupe de esta situación. Según el funcionario, en cuestión de meses se han logrado avances significativos mediante la diplomacia y los compromisos con China. Aunque no se dieron detalles específicos, se afirmó que los esfuerzos diplomáticos han frenado a China en su intento de expandir su presencia en Cuba.
No obstante, el funcionario advirtió que China seguirá tratando de mejorar su presencia en la región y que Estados Unidos continuará trabajando para interrumpir sus actividades de espionaje. Estos eventos han puesto de manifiesto la creciente preocupación por la influencia y el alcance de China en la región y su impacto en la seguridad nacional de Estados Unidos.
La confirmación de dichas cuestiones por parte de la administración de Biden han generado reacciones mixtas entre los representantes políticos. El representante Mike Turner (R-Ohio), presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, criticó a la administración por su inicial negación y llamó a que se preste más atención a la amenaza que representa China.
Por otro lado, el representante Mike Gallagher (R-Wisconsin), presidente del Comité de China de la Cámara de Representantes, cuestionó la reacción de la administración y afirmó que se necesitaba una explicación coherente sobre el tema. Por su parte Ritchie Torres (DN.Y.), miembro del mismo comité, señaló que la noticia de la base es lo suficientemente plausible como para merecer la supervisión del Congreso y una investigación exhaustiva.
Se espera que el secretario de Estado, Antony Blinken, visite China la próxima semana, y es muy probable que este tema se discuta durante sus reuniones con sus homólogos chinos. La administración de Biden ha dejado claro que abordar la amenaza que representa China es una prioridad, y este último desarrollo subraya la importancia de fortalecer las medidas de seguridad y contrainteligencia para proteger los intereses de Estados Unidos. N