La adicción a la pornografía ha sido el foco de muchos artículos al paso de los años, pero el tema está lejos de ser simple. De hecho, hay una discusión en curso con respecto a si el padecimiento existe en realidad.
Esto probablemente le sea de poco consuelo a la gente que realmente siente que la pornografía afecta sus vidas. Un grupo de expertos le dijo a Newsweek que, aun cuando esta adicción no es registrada como un trastorno mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una fuente de tensión emocional para quienes sienten que la padecen.
En 2018, la OMS publicó su nueva Clasificación Internacional de Enfermedades, o ICD-11, una herramienta para el diagnóstico clínico. Una adición a la ICD-11 fue la inclusión del trastorno compulsivo en la conducta sexual (CSBD). Este se describe como “un patrón persistente de no poder controlar los impulsos o deseos sexuales intensos y repetitivos, lo cual resulta en una conducta sexual repetitiva” para detrimento del paciente. Pero este no incluyó explícitamente el ver pornografía como una subcategoría.
“En este momento no hay un diagnóstico reconocido para la adicción a la pornografía, y no hay evidencia de que sea inherentemente adictiva”, comentó a Newsweek Joshua Grubbs, profesor titular en el Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Bowling Green, quien ha estudiado esta adicción.
Su postura es compartida por otros expertos en el campo, incluido David Ley, autor de múltiples obras sobre sexualidad humana y exalumno de psicología de la Universidad de Nuevo México. Dijo a Newsweek: “El concepto de adicción no es una estrategia adecuada o clínicamente útil para entender a las personas que reportan problemas para regular su uso de la pornografía”.
Nicole Prause, científica de datos y fundadora de Liberos, organización de investigación sexual, expresó que, “aun cuando está claro que algunas personas están molestas con su consumo de pornografía y merecen ayuda, este consumo no sigue un modelo de adicción”.
Mateusz Gola, profesor titular de investigación en el Instituto de Cómputos Neurales de la Universidad de California San Diego, toma una postura diferente. Dijo a Newsweek que el uso de pornografía puede provocar que la gente cumpla con el criterio del CSBD. Y que, para la gente con ese trastorno, hay patrones en el cerebro que se asemejan a otras formas de adicción.
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“Prácticamente para la mayoría de la gente que cumple con el criterio del CSBD, ya sea por el uso problemático de pornografía u otras conductas compulsivas sexuales, a nivel del cerebro podemos ver una similitud de patrones funcionales y estructurales. Estos son reconocidos en la adicción al alcohol o al juego”.
SENTIMIENTOS DE VERGÜENZA POR LA PORNOGRAFÍA
Según Prause, los datos sugieren que las personas que se creen adictas a la pornografía en realidad podrían experimentando un problema más profundo: vergüenza por la conducta sexual. “Los mejores datos sugieren que quienes creen ser adictos a la pornografía tuvieron una crianza conservadora (a veces religiosa) y un impulso sexual más alto”.
En otras palabras, la gente experimenta lo que Grubbs llama “incongruencia moral” con respecto a su consumo de material pornográfico. Esto es, un sentir sobre que su conducta no va de acuerdo con sus valores. Como Prause, Grubbs sugirió que la religión podría ser un factor que contribuye a este sentimiento.
Él comentó a Newsweek: “Los hombres religiosos en particular a menudo se sienten culpables en extremo y avergonzados de cualquier uso de pornografía. Ello porque su religión la prohíbe. Estos sentimientos entonces pueden llevar a que alguien piense que tiene una adicción, aun cuando no sea así”.
Algo importante, nada de esto quiere decir que algunas personas no tengan problemas con la pornografía o que el consumo excesivo de esta no exista. Puede ser un problema real que lleve a una incomodidad real y con consecuencias reales.
SEÑALES DE QUE SE HA CONVERTIDO EN UN PROBLEMA
Según Gola y Ley, algunas personas acudirán a ella como un medio de lidiar con sentimientos de depresión y ansiedad. Ley expresó: “Desgraciadamente, estos hombres a veces no pueden usar otras estrategias para sobrellevarlo, y tal vez dependan de más en la pornografía. Tristemente, decirles que son adictos a la pornografía parece aumentar su aflicción y ansiedad. Y también, los sentimientos de odio propio, sobre todo cuando adoptan una meta basada en la abstinencia”.
La gente tal vez la vea excesivamente. Según Grubbs, el consumo descontrolado de pornografía se vería como si se le usara “varias horas a la semana” a pesar de las consecuencias negativas.
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“Así, alguien que usa pornografía en el trabajo porque no puede evitarlo, puede perder su empleo. Ese sería un buen ejemplo de uso descontrolado de la pornografía. O alguien que pasa múltiples horas al día en casa viendo pornografía, descuidando otras actividades, con el fin de consumirla”, dijo Grubbs.
Gola comentó que hay cuatro síntomas principales que la gente quizá quiera considerar: no controlar cuándo ver pornografía y por cuánto tiempo; experimentar intentos repetitivos y poco exitosos de dejar de verla o limitarla; descuidar actividades importantes de la vida; y cuando se sigue viendo pornografía a pesar de lo anterior.
“Si alguien que lea esto reconoce los cuatro síntomas, es momento de buscar ayuda profesional. Incluso los dos primeros pasos son una alerta grave”.
RECIBIR AYUDA PARA LA ADICCIÓN
Se ha establecido que consumir pornografía, ya sea una adicción clínica o no, puede llevar a angustia. En ese momento la gente debería buscar ayuda.
“La angustia es la única razón por la cual alguien necesita hablar con otro”, expresó Prause. “Si estás preocupado, nosotros estamos preocupados”.
Tanto Prause como Ley dijeron que hay un tratamiento, apoyado empíricamente, para las preocupaciones por la pornografía. Se llamado terapia de aceptación y compromiso, la cual no requiere abstinencia. Mientras, la terapia cognitiva conductual (TCC) también podría ser útil. Ambos tratamientos terapéuticos se enfocan en abordar los conflictos internos.
“Si te sientes adicto a la pornografía, sin importar si es una incongruencia moral o un desequilibro real, lo mejor que puedes hacer es programar una cita con un profesional en salud mental para discutir tus preocupaciones”, dijo Grubbs. “Sea un problema real de estar fuera de control o un problema real de culpa y vergüenza, la psicoterapia es lo mejor que puedes buscar”.
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Ley adopta la postura de que la abstinencia de la pornografía tal vez no sea un enfoque útil y podría aumentar los sentimientos de angustia. Y añade que el tratamiento debe abordar problemas subyacentes “en vez de distraerse con tratar de suprimir el uso de pornografía”.
Por su parte, Gola defiende la abstinencia como tratamiento. Expresó a Newsweek: “Si alguien ya está en el agujero del conejo, el primer paso es dejar de ver pornografía.
A veces, los grupos de autoayuda o el apoyo profesional son necesarios. Durante este proceso es importante no solo enfocarse en renunciar a la pornografía, sino desarrollar habilidades desatendidas y construir una vida que sea placentera, fascinante y divertida”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)