El nuevo coronavirus es diez veces más mortífero que el virus responsable de la gripe A(H1N1) surgido a finales de marzo de 2009 en México, aseguró la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Los datos recabados en varios países nos dan una imagen más clara de este virus, de su comportamiento, de la manera de pararlo”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director de la OMS, en una videoconferencia.
“Sabemos que la COVID-19 se propaga rápidamente y sabemos que es letal: 10 veces más que el virus responsable de la pandemia de la gripe de 2009”, agregó.
Hasta este lunes, el balance de la Universidad de Johns Hopkins ha registrado más de 118,000 a causa del COVID-19, desde el me de diciembre de 2019 cuando se identificó el primer caso en en China.
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Mientras que la gripe A(H1N1) dejó 18,500 muertos, según la OMS, pero la revista médica The Lancet estimó el número de muertos entre 151,700 y 575,400.
Levantar las medidas de restricción de forma gradual
La rganización también advirtió a los gobiernos que aunque se vea una disminución en el número de contagios y decesos por coronavirus, la lucha “no ha terminado”, por lo que el levantamiento de medidas de confinamiento se debe hacer de manera gradual.
De acuerdo con el doctor Mike Ryan, un menor número de contagios y hospitalizaciones es señal de que la epidemia se “estabiliza” aunque las muertes pueden tardar más en bajar porque sigue habiendo mucha gente en los hospitales.
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“Pero de ninguna manera significa que esto ha terminado”, advirtió, y agregó que es momento de ser más cuidadosos ya que “no se puede reemplazar el confinamiento con nada”.
María Van Kherkove, experta en enfermedades emergentes explicó que el levantamiento de las medidas debe ser gradual, y de hacerlo de forma anticipada podría volver a sobrepasar los sistemas de salud.
La OMS dio una guía de seis condiciones que deben cumplir los países para poder levantar las medidas de confinamiento:
- El control de la transmisión
- La capacidad para detectar, hacer test, aislar y tratar cada caso de coronavirus
- La minimización de los riesgos de brotes en centros médicos y residencias
- La existencia de medidas preventivas en centros de trabajo, escuelas, etc…
- La capacidad de controlar los casos importados
- La educación, el compromiso y la capacidad de las comunidades para adaptarse a la “nueva normalidad”
Con información de AFP
