Está bien establecido que amamantar puede ayudar a que las madres establezcan vínculos con sus bebés, pero una investigación nueva sugiere que también podría reducir el riesgo de apoplejía más tarde en la vida.
Un estudio nuevo de la Asociación Americana del Corazón (AHA) muestra que amamantar disminuye el riesgo de apoplejía, la tercera principal causa de muerte entre mujeres en EE UU, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
“Si estás embarazada, por favor, considera amamantar como parte de tu plan de alumbramiento y continúa amamantando por lo menos seis meses para obtener los beneficios óptimos para ti y tu infante”, dijo Lisette Jacobson, autora principal del estudio y profesora adjunta en el departamento de medicina preventiva y salud pública en la Escuela de Medicina de la Universidad de Kansas, campus Wichita.
Los factores de riesgo de una apoplejía incluyen la diabetes, la presión sanguínea alta y el tabaquismo, según la Asociación Americana de la Apoplejía.
Durante el estudio, investigadores de la Universidad de Kansas analizaron la información de 80,191 mujeres del Estudio Observacional de la Iniciativa por la Salud de las Mujeres, el cual revisó los resultados médicos de las mujeres durante un período aproximado de seis años en la década de 1990. Muchas de estas mujeres ahora son postmenopáusicas.
A las mujeres se les pidió que reportasen si habían amamantado a sus bebés y cuánto tiempo pasaron en ello. Alrededor de 51 por ciento de las mujeres quienes sí amamantaron, reportó que lo hizo de uno a seis meses; 22 por ciento, de siete a doce meses, y 27 por ciento trece meses o más. En 2010, después de ajustar por otros factores que podrían influir en la salud de las mujeres, como el ejercicio o el tabaquismo, los investigadores pudieron trazar una correlación entre amamantar y la posibilidad disminuida de que alguien pudiera sufrir una apoplejía.
Los investigadores hallaron que el riesgo de apoplejía entre las mujeres quienes amamantaron a sus bebés era en promedio 23 por ciento más bajo que en todas las mujeres. Entre las mujeres negras, amamantar marcó una diferencia todavía más grande, con una reducción de 48 por ciento en el riesgo de apoplejía.
Dado que el estudio fue observacional, no se pudo establecer una relación de causa y efecto entre amamantar y un riesgo menor de apoplejía, lo cual significa que es posible que alguna otra característica, una que distingue a las mujeres que amamantaron de quienes no lo hicieron, sea el factor de cambio en el riesgo de apoplejía. Aun así, la correlación entre amamantar y la disminución en el riesgo de apoplejía sigue siendo fuerte, dijo Jacobson.
“Amamantar es solo uno de los muchos factores que potencialmente podrían protegernos contra una apoplejía. Otros incluyen hacer el ejercicio adecuado, elegir alimentos sanos, no fumar y buscar tratamiento de ser necesario para mantener tu presión sanguínea, colesterol y azúcar en la sangre en el rango normal”, añadió Jacobson.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek