Por: Natalia López
Puebla, Pue. El 16 de febrero los rectores de la Upaep, Universidad Iberoamericana Puebla, Universidad Anáhuac Puebla y Universidad Madero enviaron la misiva Amicus Curiae a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), advirtiendo que la ausencia de candidatos independientes en Puebla podría devenir en una elección de baja legitimidad, en solidaridad con Enrique Cárdenas Sánchez.
Al respecto, Cárdenas Sánchez mencionó en entrevista que también Luis Carlos Ugalde, quien fuera titular del Instituto Federal Electoral, envió un documento similar, que es una figura jurídica donde un tercero puede emitir una opinión ante el Tribunal, sobre un asunto de su interés del que no forma parte.
Aseveró que ambas misivas van en el sentido de lo difícil que es acceder a una candidatura independiente en las condiciones que se impusieron en Puebla.
En entrevista en la Ibero Puebla, el ahora académico de la institución mencionó que “depende del Tribunal y tiene un peso estimativo a sus ojos, no es vinculante ni hay ningún tipo de obligación ni siquiera para tomarlo en cuenta, pero debiera por venir de quien viene, pues es importante”.
En la misiva, firmada por Emilio José Baños Ardavín, Fernando Fernández Font, José Mata Temoltzin y Job César Romero, está ausente la rúbrica de Alfonso Esparza Ortiz, rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la de Ernesto Derbez Bautista, de la Universidad de las Américas Puebla.
Al respecto, Cárdenas Sánchez indicó que “nadie está obligado a firmar lo que no quiere” y en el caso de la BUAP, por decisión del Consejo Universitario se determinó que la institución no puede meterse en temas políticos o electorales.
Esta decisión la consideró un error, pues “la vida pública necesita ser discutida y qué mejor que en las universidades, donde debe haber diversidad y respeto por las opiniones de cada quién”.
A la pregunta de por qué Ana Teresa Aranda pudo obtener mayor cantidad de firmas, indicó que sería comparar “peras con manzanas” y las firmas se tienen que tomar de otra manera ahora, pues antes se permitía hacerlo con una fotocopia “que circulaban por todos lados”, por lo que la comparación es errónea.