El Congreso federal autorizó el miércoles pasado la imposición de aranceles de hasta el 50 por ciento a importaciones chinas y de otros países con los que no tiene un tratado comercial, una medida considerada un esfuerzo por alinear a México con Estados Unidos en medio de las presiones de Washington.
El miércoles por la mañana, la Cámara Baja del Congreso mexicano aprobó los aranceles. El Senado validó después el proyecto de ley en una votación acelerada el mismo día por la noche. Setenta y seis senadores votaron a favor, solo cinco en contra, mientras 35 se abstuvieron.
En la sesión de la Cámara Baja, el poblano Tony Gali, integrante del Partido Verde Ecologista de México, participó en forma destacada y definitiva en tribuna durante la discusión de la reforma arancelaria propuesta por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Después de su participación lo aprobó el Pleno.
Gali señaló que el dictamen constituye “una respuesta acertada a la actividad productiva del país”, pues fortalece a la industria nacional, consolida el mercado interno y estimula el desarrollo de 17 sectores estratégicos, ampliamente estudiados en distintas regiones de la República.
Precisó que esta actualización arancelaria promueve la generación de empleo y garantiza condiciones de competencia justa, en un contexto global complejo.
El diputado poblano detalló que, de las mil 463 fracciones arancelarias modificadas, más del 60 por ciento fueron ajustadas gracias al diálogo con los sectores productivos.
“Los sectores están contentos con el proteccionismo responsable que se impulsa, pues permite salvaguardar más de 300 mil empleos. Esta reforma significa blindar sectores estratégicos y polos de desarrollo, con el fin de asegurar que el Plan México llegue a buen puerto”, afirmó.
Con la aprobación de ese dictamen, la Cámara de Diputados dio un paso importante en el fortalecimiento del mercado interno y en la consolidación de una política industrial que prioriza la soberanía económica y el bienestar de las familias mexicanas.
Tony Gali refrendó su compromiso de legislar a favor de México, acompañando el proyecto de la presidenta Sheinbaum y fortaleciendo la agenda económica y social que impulsa el Partido Verde. Los aranceles se aplicarán a mercancías procedentes de China y otras naciones. Washington ha estado presionando a México para que deje de tratar comercialmente con China.
Se espera que la presidenta Claudia Sheinbaum, quien propuso los aranceles en septiembre, apruebe la legislación, que entrará en vigor en enero. Los aranceles afectan a una amplia variedad de bienes, como piezas de automóviles, textiles, muebles, plásticos, acero y aluminio.
El presidente Donald Trump presiona a otras naciones para que se distancien de China, y los nuevos aranceles mexicanos representarían una de las medidas más importantes hasta la fecha para hacerlo.
China es el segundo mayor exportador a México después de Estados Unidos, pues le vendió al país 130 mil millones de dólares en bienes el año pasado. Estados Unidos vendió 334 mil millones de dólares a México el año pasado.
Sheinbaum ha negado que los aranceles sean para apaciguar a Washington.
La presidenta señaló que ayudarán a impulsar la fabricación nacional de México, una de sus principales prioridades, y a disminuir su gran déficit comercial con China, que comparativamente compra poco a México.
El gobierno chino denunció enérgicamente los gravámenes. Advirtió a México que “lo piense dos veces” y ha criticado las medidas tomadas “bajo coacción para constreñir a China”, en alusión a las presiones de Donald Trump.
El Ministerio de Comercio de China dijo, en un comunicado el jueves, que el aumento de los aranceles “perjudicaría sustancialmente” a ese país y a otros socios comerciales de México.
Instó a México a “corregir sus prácticas erróneas de unilateralismo y proteccionismo lo antes posible”.
El ministerio dijo que actualmente está en curso una investigación sobre barreras comerciales que inició en septiembre en relación con México.
La decisión de la presidenta Sheinbaum, avalada por el Congreso federal, sin duda protege a la industria manufacturera nacional y muy directamente a la poblana, que en el corto plazo no sufrirá un recorte masivo de personal, como era el escenario de 2026 si se continuaban comprobando bienes a China y otros países asiáticos.
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