Han Zicheng, un anciano chino con miedo a morir solo, puso en diciembre pasado un anuncio para ser adoptado por una nueva familia. Su anuncio se hizo viral en redes sociales en poco tiempo.
Zicheng, de 85 años, comenzó a distribuir carteles de papel en los refugios, los autobuses y en su vecindario, con la leyenda: “busco a alguien que me adopte”, informó The Washington Post.
Han, que sobrevivió a hechos históricos como la invasión japonesa, la guerra civil china y la revolución cultural, estaba solo.
Su esposa murió y sus hijos se volvieron distantes después de la revolución cultural, un evento que fracturó a las familias, según The Washigton Post.
“Hombre solitario en sus 80 años. Fuerte de cuerpo. Puede hacer compras, cocinar y cuidarse a sí mismo. Ninguna enfermedad crónica. Jubilado como investigador científico en un instituto en Tianjin, con una pensión mensual de 950 dólares”, decía su auncio.
Zicheng se rehusaba a ir asilo de ancianos. “Mi esperanza es que una persona o familia de buen corazón me adopte, me alimente hasta la vejez y entierre mi cuerpo cuando muera”, dijo.
Los folletos de Han pasaron desapercibidos por un tiempo, hasta que una mujer tomó una foto y la publicó en las redes sociales.
Pronto la gente, que se conmovió con la historia de Han, comenzó a llamar. Pero Zicheng tenía expectativas altas y no quería que lo adoptara cualquier tipo de familia por lo que rechazó varias ofertas que no le gustaron.
Algunas personas se ofrecieron como amigos para llevar aminorar su soledad.
Los progresos en la calidad de vida de los chinos y la política de un hijo por familia invirtió la pirámide poblacional en el país con más habitantes del mundo, según el Post.
Según las Naciones Unidas, la población de China está envejeciendo más rápidamente que la mayoría de los demás países en la historia reciente, debido a la política de un solo hijo y al aumento del nivel de vida.
El 15 por ciento de la población del país actualmente tiene más de 60 años, una cifra que se espera aumente al 25 por ciento para 2040.
Jiang Jiang, una estudiante de derecho de 20 años, era una de ellas. Habló con Han el 13 de marzo y al día siguiente perdió una llamada de él.
Ella llamó nuevamente a principios de abril, pero su hijo Han Chang levantó el teléfono y le dijo que Han había fallecido el 17 de marzo.
En declaraciones al Washington Post, Han Chang dijo que su padre había estado mintiendo a los medios. Dijo que el anciano tenía tres hijos, no dos, y estaba bien cuidado.
Han Chang confirmó que su padre llamó a un número desconocido el día de su muerte, aunque no reveló a quién.
Han llegó al hospital en sus últimos días, superando su mayor temor de morir solo en su cama. Un desconocido que su hijo no especificó lo ayudó y ahí su corazón dejó de latir, finalmente murió acompañado en una cama.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek