El gobierno de Nicaragua enfrenta una crisis de violencia que ha estallado durante los últimos tres días en medio de una jornada de protestas en la capital, Managua, contra las reformas de seguridad social impuestas por decreto por el presidente Daniel Ortega. Hasta el momento cuatro personas han muerto en el marco de las manifestaciones.
Una de las víctimas mortales fue el agente de policía Jiltón Rafael Manzanares, que murió baleado cerca de la Universidad Politécnica Nacional, en Managua, reportó la BBC. En esa ciudad también fallecieron dos estudiantes.
La cuarta víctima, según la cadena de noticias, fue reportada como Richard Edmundo Pavón, quien falleció en el municipio de Tipitapa, cerca de Managua.
Las cifras de los fallecidos aún no ha sido cuantificada con exactitud por las autoridades. En un primer reporte confirmaron tres muertos y luego en un segundo con dos.
Los manifestantes rechazan aumentos en las contribuciones al sistema de pensiones decretados por el gobierno del presidente Daniel Ortega. Las nuevas medidas de seguridad social establecen que el pago que realizan los empleados al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) se incrementará de 6.25 al 7 por ciento a partir del próximo 1 de julio.
Cientos de antimotines con escudos, escopetas y gases lacrimógenos repelieron a los manifestantes que respondían con piedras, mientras numerosos transeúntes quedaron atrapados en los enfrentamientos.
La capital vivió un ambiente tenso, en medio del sonido de sirenas de cuerpos de socorro y la policía, detonaciones y humo en el lugar de las refriegas. Las universidades suspendieron las clases y algunos comercios cerraron sus puertas.
En la noche, vecinos de colonias de clase media salieron de forma espontánea a las calles a sonar cacerolas, al grito de “no tenemos miedo” para apoyar a jóvenes que aún se encontraban manifestando.
Preocupada por la violencia. Llamamos a la calma y que las fuerzas del orden respeten a los medios de comunicación y los derechos de los manifestantes.
— Laura Dogu (@USAmbNicaragua) 19 de abril de 2018
“Llamamos a la calma y que las fuerzas del orden respeten a los medios de comunicación y los derechos de los manifestantes”, reclamó la embajadora estadounidense, Laura Dogu, en Twitter.
En medio de las manifestaciones, el gobierno cerró cuatro canales privados de televisión, de los cuales dos ya fueron reabiertos.
Censura a medios
El gobierno ordenó cerrar cuatro canales de televisión, de los cuales dos ––el 15 y el 23–– seguían sin señal la noche del jueves por haber trasmitido temprano las protestas.
“El gobierno ha ordenado a las empresas de cable sacar del aire la señal”, dijo el director de canal 15, Miguel Moral, denunciando “una clara violación al derecho a la libertad de prensa”.
La Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham) pidió que los medios “suspendidos puedan reiniciar sus labores de forma inmediata”.
La organización de escritores y periodistas afiliados a PEN Nicaragua denunció que al menos 11 periodistas fueron agredidos y algunos despojados de sus medios de trabajo por la policía y grupos oficialistas cuando cubrían las manifestaciones.
El colectivo demandó la reapertura de “los medios de comunicación independientes” cerrados.
“Los ataques contra personas que se manifestaban pacíficamente y los periodistas que cubrían la protesta, representan un intento flagrante e inquietante de restringir los derechos a la libertad de expresión y reunión”, advirtió por su lado la directora para América de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas.
El gobierno descalifica
La vicepresidenta Rosario Murillo dijo que las protestas son dirigidas por grupos “minúsculos”, a los que tildó de “almas pequeñas, tóxicas, llenas de odio”.
“Estas circunstancias dolorosas tan manipuladas, esa corrupción de pensamientos e intenciones, estos corazones enfermos, cargados de odio y pervertidos, no pueden sembrar el caos y negar a todos los nicaragüenses la tranquilidad que gracias a Dios tenemos”, agregó.
Las protestas iniciaron el miércoles cuando al menos 18 personas, entre ellos periodistas, fueron agredidas.
El Obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez, llamó al presidente Ortega a detener “la violencia y la represión”. “¡No pongan en peligro la paz del país!”, publicó en Twitter.
El gremio empresarial por su parte pidió al gobierno a dialogar para resolver el conflicto.
Los cambios al sistema de pensiones fueron recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de darle sostenibilidad al Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS).
Aunque el gobierno mantuvo intacta la edad de jubilación y el número de cotizaciones para pensionarse, los aumentos en las contribuciones han sido rechazados por empresarios, sindicatos opositores y parte de la sociedad civil.
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social advirtió que la reforma provocará “despidos y más desempleo”.
(Con información de AFP)