En la mitología griega, Poseidón, uno de los dioses Olímpicos, amo y señor de las aguas, tenía un desplante peculiar: cuando se enojaba, provocaba tempestades, huracanes que cambiaban el sentido de los mares.
El verdadero legado de Phelps, mucho más allá que el impresionante récord de 23 medallas de oro olímpicas, es su trascendencia. Michael Phelps ya es una figura, un ícono, los niños se inspiran con Phelps y aspiran a ser como él, eso trae consigo el desarrollo del deporte.
No hay que ir muy lejos, Katie Ledecky, de 19 años de edad, llegó a Río 2016 para presumir un dominio monstruoso, mismo que ha presumido desde hace unos años para despedazar récords mundiales.
Katie Ledecky reconoce que Michael Phelps fue el motivo por la que se decidió a competir, una foto de ella cuando era niña junto a él firmándole un autógrafo, desencadenó en el espectáculo que es hoy Ledecky en el agua.
Joseph Schooling, el muchacho de Singapur de 21 años de edad, le arrebató la medalla de oro a Phelps en los 100 metros mariposa, pero también le rompió el récord olímpico. Hace 10 años, cuando Schooling tenía apenas 11 y Michael ya era una figura mundial, el jovencito de Singapur no perdió la oportunidad para tomarse una foto con su ídolo, fue la chispa para tener como objetivo ser mejor que él.
Phelps revolucionó la natación, inspiró a los nuevos (as) tritones. CNN reporta que, de acuerdo con USA Swimming, logró que los muchachos voltearan a ver la natación.
Antes de 2001, el deporte se componía por 38% hombres y 62% mujeres. Ahora es 44% hombres y 56% mujeres, además de que ayudó a que grandes marcas patrocinadoras invirtieran en la natación; con esto, más jóvenes han tenido la oportunidad de dedicarse al deporte.
El legado de Phelps va más allá de sus medallas, al igual que Poseidón, es un dios olímpico que pudo agitar las aguas para cambiar el sentido de las mismas, pero también se mostró como un ser humano, con errores y caídas. El poder que tuvo para emerger desde el fondo hasta lo más alto del podio, es un ejemplo de superación y redención, acto que desde ahora, ya le dio acceso a la inmortalidad.