Luego de la muerte de Marcela Alcázar, mujer de 33 años, que acudió a un “retiro espiritual privado”, dónde se presume le suministraron sustancias tóxicas, hechos ocurridos la madrugada del 01 de diciembre, la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Durango (Coprised) emitió un comunicado mediante el cual afirman no tener competencia en este tipo de casos de rituales.
Señalando las facultades para la vigilancia sanitaria establecidas en la Constitución, se hace énfasis en que, dentro del universo jurídico que rige a la dependencia perteneciente a la Secretaría de Salud del Estado, no existe la vigilancia a la práctica de cultos, rituales, retiros espirituales, y/ o consumo o suministro de sustancias.
Asimismo, se indica que las prácticas, donde la actriz duranguense perdió la vida, son de carácter privado y operan en la clandestinidad. Por lo que, la Coprised no tiene datos o registros sobre la función de dichos espacios o centros donde se lleven a cabo rituales o cultos.
También refieren que estas prácticas no se realizan en establecimientos fijos, apuntando además que, regularmente, quienes las llevan a cabo no radican en el Estado de Durango.
En los casos en que se imparten diplomados o talleres sobre las mismas, mencionan que corresponde a la Secretaría de Educación Pública el determinar si existe legalmente el ejercicio de estas, su validez, o si cuentan con alguna especialidad que avale la práctica profesional de estas actividades.
“Las prácticas son de carácter privado, por lo tanto, no se encuentran normadas para la vigilancia sanitaria, imposibilitando así a esta Comisión Estatal para la ejecución de medidas de seguridad y sanciones”, aclaran en el comunicado.
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