La elección presidencial en Estados Unidos se está definiendo voto a voto, y los estados pequeños, como Hawái y Alaska, podrían ser los elementos decisivos en esta contienda. Con Donald Trump liderando el conteo con 210 votos electorales frente a los 112 de Kamala Harris, los votos en territorios de pocos delegados, pero con un peso estratégico importante, cobran mayor relevancia que nunca.
California, con sus 55 votos electorales, se considera un bastión demócrata seguro, un apoyo que Harris ya tiene en la bolsa. Sin embargo, en este contexto de votación tan cerrada, la ventaja podría no ser suficiente sin el respaldo de otros estados, sobre todo de aquellos con menor población, pero con una decisión incierta que podría inclinar la balanza final. Con solo 4 y 3 votos electorales, respectivamente, Hawái y Alaska podrían parecer poco relevantes en otros contextos, pero en esta ocasión su papel podría ser decisivo para que alguno de los candidatos alcance los 270 votos necesarios para asegurar la victoria.
Este enfoque hacia los estados pequeños destaca el funcionamiento del sistema electoral estadounidense, donde el peso de cada voto electoral tiene el poder de transformar el resultado en una elección nacional. Este sistema permite que territorios con menos habitantes, pero que representan diversas partes del país, tengan una voz en el destino del país.
A medida que continúan los conteos y los analistas siguen cada nuevo resultado, la atención permanece en los pequeños estados que esta vez podrían tener la última palabra en esta elección tan disputada. N