Las tormentas solares, también conocidas como geomagnéticas, provocaron auroras boreales durante el fin de semana en distintos países como Estados Unidos, México, Inglaterra, Alemania, Suiza y Austria. Los grandes fenómenos luminosos saturaron las redes sociales con fotografías que mostraban tonalidades rosas y violetas, pero ¿se pueden predecir estas perturbaciones? De acuerdo con los expertos e instituciones, no.
El Instituto Geográfico Nacional de España define las tormentas geomagnéticas como perturbaciones del campo magnético de la Tierra, que duran desde varias horas hasta incluso algunos días. Su origen es externo y se producen por un aumento brusco de las partículas emitidas en las erupciones solares que alcanzan la magnetosfera, produciendo alteraciones en el campo terrestre.
“El Sol está continuamente emitiendo partículas en lo que se conoce como ‘viento solar’. Normalmente estas partículas no llegan a penetrar en la atmósfera terrestre, ya que son desviadas por la magnetosfera terrestre. Sin embargo, el Sol no tiene una actividad constante, sino que presenta una actividad que varía según periodos de 11 años de duración. Lo anterior se conoce como ‘ciclo solar’. Este se cuantifica en función del número de manchas solares que presenta en cada momento”, explica el Instituto.
Las manchas solares corresponden con zonas más frías de la fotosfera solar en las que el campo magnético es muy fuerte y que se consideran como zonas activas del Sol. En estas manchas solares es donde se originan las fulguraciones solares y las eyecciones de masa coronal (CME) que se corresponden con violentas erupciones que arrojan inmensas cantidades de materia al medio interplanetario. Estas modifican la densidad del viento solar y su velocidad.
LAS TORMENTAS GEOMAGNÉTICAS SON COMO LOS SISMOS
“Cuando una eyección de masa coronal es lo suficientemente grande y ocurre en dirección hacia la Tierra, el aumento de la densidad y la velocidad del viento solar deforman la magnetosfera terrestre dando lugar a las tormentas geomagnéticas”, agrega el Instituto Geográfico Nacional.
Las tormentas solares son generalmente de pequeña magnitud y no ocasionan daño alguno. Las auroras boreales en el hemisferio norte y las auroras australes en el hemisferio sur son las manifestaciones “más agradables” de las tormentas geomagnéticas. Y se producen al interactuar las partículas solares cargadas eléctricamente con la atmósfera terrestre.
Si bien las tormentas solares no se pueden predecir en día y hora, sí son fenómenos naturales frecuentes durante un máximo de actividad solar cada 11 años. Lo anterior, según Américo González Esparza del Instituto de Geofísica de la UNAM, en entrevista con el Instituto Mexicano de la Radio (IMER).
“No podemos predecirlas. Esto es como los sismos, los huracanes. No tienen afectaciones directas con los seres vivos. Tenemos una atmósfera y un campo magnético que nos protegen. No tienen relación con las olas de calor ni con el calentamiento global. Son fenómenos que ocurren en la superficie del Sol”, dijo. N