La relación entre las instituciones y la competitividad ha sido ampliamente documentada desde hace mucho tiempo, personajes como el premio Nobel de Economía 1993, Douglas North, definen las instituciones como “las reglas del juego en una sociedad o, más formalmente, los constreñimientos u obligaciones creados por los humanos que le dan forma a la inter- acción humana”. Así entendemos las instituciones como las ideas y creencias, que se convierten en normas de comportamiento social, como podría ser la idea de la familia o el derecho a la propiedad privada. Estos acuerdos sociales de coexistencia van evolucionando a convertirse en reglas formales materializadas en leyes, constituciones y reglamentos. Dentro de estas reglas hemos definido los procesos para crear o cambiar las reglas, así como los procesos para definir quién y cómo se les da cumplimiento a estas reglas. En una ligera mayoría de los países del mundo hemos acordado procesos democráticos, donde todos los ciudadanos tenemos derecho de participar en la toma de decisiones públicas.
North y otros han comprobado la relación directa entre la fortaleza de las instituciones y la competitividad de los países. Entendemos la competitividad de los países como la capacidad de generar las condiciones de productividad que permita a sus empresas participar exitosamente en el mercado global y que desarrollen la capacidad de reinvertir en su mejora continua e innovación. Estas condiciones de productividad impactan a nivel territorial y regional, se basan en reglas claras y estado de derecho, fomentan la competencia e igualdad de acceso a los recursos y mercados. Así que las leyes, reglamentos y políticas públicas que promueve e impulsan los gobiernos afectan las condiciones de competitividad del país. Cuando se van perdiendo estas instituciones, se va perdiendo la competitividad de las regiones y del país entero. Cómo muestra tenemos el caso reciente de la crisis en el sistema de comercio exterior mexicano.
De acuerdo con el Dr. Ignacio Casas, experto en comercio exterior de México y catedrático de CETYS Universidad, el comercio exterior de México se realiza por medio de un Sistema Electrónico Aduanero (SAE), en 2023 se realizaron 21 millones 475 728 operaciones de importación y exportación, de los cuales 14.5 millones se efectuaron únicamente por las 21 aduanas fronterizas con 8.8 millones concentradas en Nuevo Laredo, Tijuana y Cd. Juárez en ese orden de importancia. Esto implica que ingresan y salen por las 50 aduanas del país un poco más de 3,200 millones de dólares diariamente, algo así como 136 millones de dólares por hora. Esto representa el 78% del total de las exportaciones mexicanas y el 46.6% de sus importaciones, del cual Estados Unidos como el principal socio comercial de México, representa el 60.7% del comercio total del país, valorado en más de 720 mil millones de dólares.
Sin embargo, el pasado 6 de febrero, los usuarios de los servicios aduaneros experimentaron un colapso del Sistema Electrónico Aduanero (SAE). El colapso duró 36 horas, el problema se debió a la actualización de la plataforma y ésta no la soportó o no fue compatible y por lo tanto se tuvo que poner reversa a los cambios, versión compartida por la Administración Nacional de Aduanas (ANAM), organismo encargado de la administración de las aduanas del país desde el pasado 14 de julio de 2021. Este problema repercutió en una paralización de los negocios de importación y exportación de al menos 5 mil millones de dólares, sin contar las pérdidas por demoras y almacenamiento de la carga, el mantenimiento de los perecederos, los fletes en falso y los paros de producción, entre otros. Esto pone en evidencia la vulnerabilidad de los negocios si un sistema aduanero no funciona adecuadamente, sobre todo en un país en el que el comercio exterior tiene una importancia crucial cuya equivalencia rebasa el 84% del PIB.
El Dr. Casas advierte “el problema del colapso de las aduanas no ha concluido, durante las fallas, se fueron acumulando contenedores y cargas que debieron salir esa semana de fallas, lo que significa que siguen en espera de programación para despacho, pues el sistema muestra aún fallas de recuperación. Esta situación se vislumbra que se podrá agravar, ya que recientemente la Secretaría de Economía tiene identificados 378 anuncios de inversión con más de 110 mil millones de dólares, equivalente al 6.7 % del PIB, con posibilidades de generar más de 234 mil nuevos empleos en los próximos dos años, lo que incrementará las operaciones de importaciones y exportaciones y lo hará con mayor intensidad”.
Este caso muy específico de colapso en el sistema de comercio exterior afecta directamente a la productividad de México y la competitividad de sus empresas en el entorno Global. Un simple cambio en las reglas, no planeado, no consensado y mal comunicado, pone en jaque un factor critico de nuestra competitividad. Debemos defender y proteger nuestras instituciones, evaluarlas y hacer los ajustes necesarios. Esto requiere de un trabajo colectivo, organizado y con una amplia participación tanto de gobiernos como de la sociedad en general.
P.d. Agradecimiento especial al Dr. Ignacio Casas por compartir información y conocimientos. N