Los cazadores-recolectores de México migraron a California hace más de 5,000 años, un hecho que propagó lenguas distintivas del sur a la región casi 1,000 años antes de lo que se pensaba, según un nuevo estudio genético publicado por Nature.
El hallazgo cuestiona la idea de que las lenguas uto-aztecas (también llamadas yutoaztecas), que incluyen la lengua azteca y tolteca náhuatl, así como los hopi y shoshoni, se extendieron hacia el norte por migrantes prehistóricos procedentes de México junto con tecnologías de cultivo de maíz.
“La datación y la ubicación de este material genético que llega a California es realmente importante para comprender la migración uto-azteca”, comenta a WordsSideKick el autor principal del estudio, Nathan Nakatsuka, genetista de poblaciones y becario postdoctoral en el Centro del Genoma de Nueva York .
Nakatsuka y sus colegas estudiaron ADN antiguo extraído de dientes y huesos de 79 pueblos antiguos encontrados en sitios arqueológicos del centro y sur de California. Estos restos datan de hace entre 7,400 y 200 años. Además, extrajeron material genético antiguo de los restos de 40 personas de sitios del noroeste y centro norte de México, que databan de hace 2,900 y 500 años.
MAYOR MIGRACIÓN DESDE EL NORTE DE MÉXICO A CALIFORNIA
De acuerdo con el artículo, al comparar los genomas antiguos, los investigadores encontraron evidencia de una mayor migración desde el norte de México hacia el sur y el centro de California hace unos 5,200 años.
El momento de esta migración refuta la idea existente de que la expansión del cultivo de maíz desde hace unos 4.,00 años condujo a la expansión de las lenguas uto-aztecas, ya que los agricultores migrantes prosperaron más que los cazadores-recolectores que vivieron allí antes que ellos. Sin embargo, el estudio indica que tales lenguas pudieron ser difundidas por una migración que ocurrió casi 1,000 años antes.
“Pero al menos vemos que la gente viene a California antes que el cultivo del maíz”, agrega Nakatsuka.
Las primeras personas que llegaron a América ocurrieron hace miles de años, según el análisis de la evidencia encontrada en varios sitios, incluida la del excremento humano de 14,500 años de antigüedad de las cuevas Paisley en Oregón; artefactos de 14,550 años de antigüedad de Monte Verde, Chile; y huellas humanas de 23,000 años de antigüedad en el Parque Nacional White Sands en Nuevo México.
IMPORTANTE, OBTENER ADN ANTIGUO
Una vez que los humanos llegaron, migraron dentro de América. Y este último estudio revela una migración regional previamente desconocida. Los investigadores también encontraron genética compartida entre los pueblos antiguos de las Islas del Canal del Norte de California y la costa adyacente, y el pueblo indígena Chumash, cuya genética estuvo representada por los individuos del estudio que vivieron hace unos 200 años.
Nakatsuka resalta que una parte importante del estudio fue obtener ADN antiguo mientras se intentaba garantizar que se respetaran las costumbres indígenas, incluidas las prácticas funerarias.
“Involucramos a los grupos indígenas en las conversaciones desde el principio. Queríamos que guiaran gran parte de esta investigación y que se respondieran las preguntas que les interesan”, indica. N