Para que un poblado sea reconocido con el sello que distingue a los “pueblos mágicos” no basta con que sea pintoresco y llamativo, sino que debe satisfacer ciertas características que hacen resaltar, justamente, la magia del sitio. El Estado de México, entidad localizada en el centro de México, cuenta con 12 poblaciones con esta denominación.
Pueblo mágico es aquel sitio que, a través del tiempo y la modernidad, ha conservado, valorado y defendido su herencia histórica, cultural y natural, y la manifiesta en diversas expresiones mediante su patrimonio tangible e intangible. Además, tiene atributos únicos, simbólicos, historias auténticas, hechos trascendentes, cotidianidad, lo cual significa una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico.
Empero, para obtener la denominación debe contar con un programa de desarrollo turístico de por lo menos tres años y tener como mínimo una población de 20,000 habitantes, señala la Secretaría de Turismo.
Además, debe contar con condiciones de comunicación con otros lugares como transporte público accesible, garantizar servicios de salud y seguridad pública para el turista y demostrar el atractivo simbólico o cultural de la localidad.
En particular, los pueblos mágicos del Estado de México se caracterizan por conservar su arquitectura original, tradiciones, historia y cultura. Igualmente, se distinguen porque poseen atributos simbólicos como las leyendas, historia y hechos trascendentes para promover el turismo.
ESTOS SON LOS PUEBLOS MÁGICOS DEL EDOMEX
El Estado de México, que es la entidad más poblada del país con casi 17 millones de personas, posee una riqueza cultural excepcional que se demuestra en sus 12 pueblos mágicos: Aculco, El Oro, Ixtapan de la Sal, Jilotepec, Malinalco, Metepec, Otumba, Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, Tepotzotlán, Tonatico, Valle de Bravo y Villa del Carbón.
En conjunto, estos sitios ofrecen una variedad infinita de atractivos para los turistas. A saber, en los pueblos mágicos mexiquenses es posible encontrar centros ceremoniales, arquitectura identitaria, murales, teatros, mercados, tianguis, miradores, museos, presas de agua, paseos a caballo, artesanías de arcilla y barro, iglesias, conventos, quioscos, fuentes, esculturas, espectáculos de danza, música y teatro, pinturas, huertas, bibliotecas, portales, parques ecológicos, acueductos antiguos, restaurantes, puestos de comida, bebidas, panaderías, licorerías, gastronomía local, textiles bordados o deshilados, utensilios de madera, cerámica, hierro forjado, joyería, lagos, cascadas, bosques, balnearios, jardines, pirámides, flora y fauna diversas y otros atractivos más.
Y lo mejor de todo es que estos sitios se encuentran muy cerca de la Ciudad de México. Basta con escoger alguno de los 12 pueblos mágicos y desde la capital mexicana se requerirá un par de horas para llegar al destino elegido. N