No es un secreto que las consecuencias provocadas por el cambio climático, como el aumento de la temperatura del planeta y los desastres naturales, cada vez son más graves. Sin embargo, existe también un problema adicional del que poco se habla: la generación de basura y residuos.
Datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señalan que en México cada persona produce, en promedio, un kilogramo de residuos al día, lo que genera alrededor de 42 millones de toneladas de basura al año. Con estos desechos podríamos llenar el Estadio Azteca más de 200 veces.
En una escala global, de acuerdo con el estudio More Growth, Less Garbage del Banco Mundial, en 2020 se estimó que el mundo generaría 2,240 millones de toneladas de desechos sólidos, con 0.79 kilogramos de residuos per cápita por día. Con el crecimiento acelerado de la población y la urbanización, se espera que la generación anual de residuos aumente a 3,880 millones de toneladas en 2050. Una cifra, sin duda, alarmante.
El verdadero problema radica no solo en generar basura y desecharla, sino en que la mayoría de las veces los residuos terminan en lugares como calles, ríos, mares y espacios naturales, lo que provoca un nivel grave de contaminación y serias afectaciones a la salud de la población.
APROVECHAR LOS RESIDUOS PARA DISMINUIR EL CO2
Algunas empresas ya son conscientes de la situación y están implementando planes de acción para mitigarla. Pero, seamos sinceros, ser sostenibles requiere destinar recursos importantes, así como una coordinación multifactorial, pues se trata de un desafío que necesita la suma de esfuerzos del sector público, la iniciativa privada y la sociedad.
Una alternativa que ya aplican algunas empresas es el aprovechamiento de los residuos como combustible alterno, lo cual cumple a cabalidad con los principios de la economía circular. Para ello se requiere inversión para adaptar las plantas, pero como resultado se logra ser más eficientes y disminuir las emisiones de CO2.
Acciones de esta naturaleza involucran también a aliados, como la Secretaría de Desarrollo Sustentable y gobiernos municipales. Y he aquí, entonces, la reflexión: si se logran buenos resultados en una localidad, hay que potenciar las iniciativas en otras entidades y multiplicar las voluntades para alcanzar un impacto mucho más significativo.
Es evidente que la ejecución de acciones a este nivel implica apegarse a iniciativas globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU, entre los que se encuentran la adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
Estamos ya en el camino correcto. Hacemos un llamado a todas las personas para que se unan en este buen andar y juntos construyamos un México más sostenible. Por el entorno, por la gente, hoy y mañana. N
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José María Barroso es director general de Cementos Moctezuma. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.