El 4 de agosto, el Gobierno del Estado de Aguascalientes, a través de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial (Sedrae) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) dieron inicio al plan de estimulación de nubes en la entidad.
El proyecto busca combatir la intensa sequía que azota al estado desde el año pasado y que está causando estragos en los acuíferos, presas, la agricultura y ganadería local. El plan requiere de ciencia y tecnología, aplicada por expertos.
Luis García Saavedra, Ingeniero Agrónomo de la empresa Startup Renaissance, explicó para Newsweek Aguascalientes que este procedimiento no crea agua en el cielo, sino que estimula la caída de lluvia entre aquellas nubes que cuenten con las características adecuadas.
Apuntó que, aunque el proyecto de estimulación de nubes no es nuevo, en Aguascalientes se está aplicando una tecnología innovadora en su campo.
En este plan, se está utilizando un producto incoloro que funciona con nanopartículas, las cuales entran en contacto directo con las moléculas del agua, para luego aglutinarlas en las nubes y finalmente, hacer que se dispersen en la tierra.
“Es una nanopartícula, es un núcleo que va sobre enfriado, lo que no tiene ninguna tecnología y es parecido a la molécula de agua, vamos a decir del ‘copo de nieve’, y lo que hace es engañar a las moléculas que están suspendidas en la atmósfera, se comienzan a adherir y es un efecto en cadena, la nube se hace grande, absorbe toda la humedad y cuando tiene un peso específico, cae el agua”.
Llevar este químico a las nubes no es cosa simple, sino que requiere de una avioneta especial. En este caso, Aguascalientes cuenta con un avión tipo Turbo Commander, que es más rápido que una avioneta regular y que puede volar a alturas más bajas.
La aeronave, proveniente de Querétaro, está equipada con un sistema de inducción compuesto por un tanque presurizado, un tanque que almacena el reactivo para las nubes y con un atomizador instalado en la cola del avión.
“Es importante tener este tipo de aeronaves y la tecnología que manejamos nosotros, que cuenta con una base presurizada, en la cual, atomizamos todos los reactivos y los ponemos en las nubes para que llegue a precipitar”, agregó el experto.
Cazar nubes para tener lluvias
No todas las nubes son aptas para este plan. Esto lo sabe el capitán Roberto Santos Montiel y el piloto aviador Jorge Aubry, quienes se encargan de que la aeronave pueda esparcir el químico necesario sobre el cielo de Aguascalientes.
Ambos señalan que en este trabajo se deben “cazar nubes” con ayuda de otros técnicos, quienes toman en cuenta las condiciones meteorológicas para determinar qué día se emprenderá un nuevo vuelo. Con estudios previos, se selecciona la región que será estimulada y una vez en el cielo, se encuentran las nubes adecuadas, para luego rodearlas y arrojarles el químico.
“Nosotros buscamos las nubes, que sean las adecuadas que ellos necesitan para rociar este químico que hace llover y al llegar a esa nube, no podemos meternos dentro de la nube, puesto que ahí podría existir hielo, mucha turbulencia, el avión se puede mover bruscamente, entonces rodeamos el perímetro de la nube y nos acercamos lo más posible para que el químico haga efecto”, explica el capitán.
Los vuelos duran entre una hora y media y dos horas. Los pilotos señalan que los efectos de la estimulación de nubes pueden verse después de 20 minutos, especialmente si las nubes presentan un color gris oscuro, que indica que son aptas para las lluvias.
Las autoridades estatales y federales esperan que el programa de estimulación de nubes dure alrededor de dos meses, periodo en el que se contemplaron aproximadamente 20 vuelos sobre Aguascalientes. Para ello, se destinaron alrededor de 8 millones de pesos.