El cineasta Luis Estrada filmó su ópera prima cuando tenía 24 años. Desde ese momento ya tenía muy claro hacia dónde quería dirigir su carrera en el mundo del cine.
“La situación de México se fue deteriorando a niveles insólitos a partir del fracaso de Salinas y el llamado ‘error de diciembre’. Con ello vino una enorme devastación que provocó que muchas familias se fueran a la ruina, perdieron sus casas, sus trabajos, sus vehículos, y en esos momentos comencé a reflexionar como cinéfilo y como espectador”, comenta el director, guionista y productor de cine mexicano en entrevista con Newsweek en Español. “Sabía que había cosas de la historia de este país que no se habían contado”.
Una de las partes más importantes del cine, agrega, es dejar testimonios de épocas y de circunstancias que tocan vivir. Sin embargo, descubrió que había un hueco generado, entre otros muchos motivos, por un sistema autoritario que ejercía una muy fuerte censura sobre lo que se podía decir.
“Es ahí donde pensé que debía hablar de todo lo que traía en la cabeza. Sabía que tenía que hacer una película donde me explicara y explicara a otros por qué ese país llegó a donde está”, argumenta.
LAS PELÍCULAS DE LUIS ESTRADA REFLEJAN UNA REALIDAD DESDE LA SÁTIRA
Además, Luis Estrada quería hablar de los responsables “porque suena muy fácil decir todos tenemos la culpa. Sin embargo, aquí hay gente que se asume con el poder de este país y entonces de ahí fue que, después de mucho trabajo y esfuerzo, pude levantar La ley de Herodes.
“Esa película no solo cambió mi carrera, cambió mi vida y también cambió mi manera de hacia dónde dirigir el cine que yo quería hacer. La Ley de Herodes fue el génesis de esta saga, que no sé cuánto más va a durar. No sé si con ‘Que viva México‘ la voy a concluir. Estoy llegando a una edad donde tampoco puedo pensar a largo plazo”.
Cada una de sus películas ha obedecido a su manera de ver lo que está ocurriendo en el país, pero desde la óptica de una lente distorsionada, que es la sátira y la caricatura, y así hablar de los problemas que afectan a todos los mexicanos, explica el cineasta.
Estrada asimismo asegura que sus cintas no tienen el objetivo de “provocar por provocar”. Sin embargo, la polémica que se gesta alrededor de estas hace que se vuelvan “un objeto más deseado de conocer y de percibir”.
Finalmente, comenta, lo que desea es no autocensurarse y sí compartir su punto de vista y la manera en la que él entiende el cine y la forma en la que observa a este país, así como sus historias y personajes, y con ello crear películas “a disposición de quien las quiera ver”.
Efectivamente, “con cada trabajo he sorteado obstáculos de diferentes tipos y en diferentes etapas. Pero esta libertad e independencia de la que yo me precio me han permitido escoger el tipo de cine que quiero hacer”, concluye Luis Estrada. N