Soho, el famoso barrio de Londres, está probando un nuevo método para evitar que los hombres orinen en la calle. Las autoridades cubrieron las paredes con una sorprendente “pintura antipipí” que devuelve al perpetrador una salpicadura de su propia secreción.
De esta forma, el Ayuntamiento de Westminster está luchando contra las personas que orinan en público. La pintura crea una capa repelente al agua para que la orina y otros líquidos vuelvan a rebotar en el perpetrador, dejándolos empapados.
AUMENTAN LOS CASOS DE HOMBRES ORINANDO EN LAS CALLES
El consejo instalará el elemento disuasorio en las áreas más afectadas en el Soho, en asociación con los comercios y empresas de la zona, así como con los inspectores de la ciudad que emitirán advertencias por escrito, avisos de protección comunitaria y avisos de sanciones fijas (FPN).
Los incidentes de micción pública en el centro de Londres han aumentado significativamente desde que se levantaron las restricciones de covid-19 y el olor constante de orina en las calles secundarias ya molesta a los residentes. Esta nueva operación de limpieza tendrá un costo de casi 950,000 libras al año.
Las medidas para abordar el problema no se detienen ahí, ya que el consejo ha comenzado a repartir multas de penalización a los asistentes a la zona si incurren en el delito.
A las empresas se les ofrece paquetes de información para compartir los carteles en los baños y en las redes sociales para instar a la gente a ir al sanitario antes de salir del lugar.
LOS RESIDENTES PIDEN USAR EL BAÑO Y NO LA CALLE DE INODORO
Cllr Aicha Less, líder adjunto y miembro del gabinete para las comunidades y la protección pública, dijo: “Los residentes y las empresas están hartos. Por fin estamos tomando medidas para evitar que la gente use callejones o puertas como inodoro. La pintura ingeniosa es una de las varias medidas que estamos tomando para disuadir a las personas de orinar en público o en propiedad privada”.
En tanto, Lucy, una residente del Soho, comentó: “Me siento personalmente insultada, tener que pasar por delante de los hombres orinando en la calle, especialmente por la noche, no me siento segura.
“Caminar a través de los arroyos que dejan para llegar a mi puerta principal no es agradable —añadió—, nadie puede argumentar que esto es aceptable dondequiera que vivas y que la gente tiene la responsabilidad de usar las instalaciones del bar o club antes de irse. A todo el mundo le gusta tomar una copa pero la gente necesita tener algo de control”. N