Italia entró este lunes en un período de incertidumbre tras la victoria en las elecciones legislativas de Giorgia Meloni, a la cabeza de una coalición de ultraderecha y derecha que deberá encarar importantes desafíos económicos y políticos.
Tras obtener la mayoría absoluta en el Parlamento, la dirigente de Hermanos de Italia (posfascista) y sus aliados Matteo Salvini de La Liga (antiinmigración) y Silvio Berlusconi de Forza Italia (derecha) intentarán formar un gobierno en los próximos días.
El recuento de los sufragios confirmó este lunes por la mañana la clara ventaja de Meloni, que obtuvo más del 26 por ciento de los votos. Su partido se convirtió en el primero del país, delante del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) de Enrico Letta (19 por ciento).
Con La Liga y Forza Italia, tendrá una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y en el Senado.
En su primer discurso tras la elección, Meloni prometió “gobernar para todos” los italianos. “Lo haremos con el objetivo de unir al pueblo”, sostuvo.
“Italia tiene cinco años por delante de estabilidad”, aseguró por su parte Salvini, mientras el anciano magnate Berlusconi regresa al Senado tras haber sido expulsado del Parlamento en 2013 por su condena a fraude fiscal.
“HAY QUE CONFIAR EN GIORGIA MELONI, PRIMERO PORQUE ES MUJER”
“Vamos a ser determinantes y decisivos. Gracias a todos”, escribió en un tuit Berlusconi, quien vuelve a pocos días de cumplir 86 años a la primera línea de la política.
La prensa escribió: “Revolución en las urnas“, titulaba Il Giornale, el rotativo de la familia Berlusconi. “La izquierda derrotada ¡¡¡(somos) libres!!!”, escribió el diario Libero.
“Meloni toma Italia“, titulaba La Repubblica, un diario de izquierda que se opuso con firmeza a la líder de Hermanos de Italia durante la campaña. La Stampa por su parte se refirió a “las mil incógnitas” que se abren en Italia tras la “histórica victoria” de la ultraderecha.
“El hecho de que esto ocurra un mes antes del centenario de la marcha sobre Roma y del comienzo de la dictadura de 20 años de Mussolini es una coincidencia: los italianos que votaron por Meloni no lo hicieron por nostalgia del fascismo”, pero el factor común entre el autócrata fascista y la señora Meloni es que llegan al poder “al final de un maratón solitario contra todo y contra todos”, opinó el diario turinés.
“Hay que confiar, primero porque es mujer, y luego porque su primer discurso ha sido muy mesurado“, reaccionó Andrea Fogli, una artista de sesenta años, mientras se tomaba un café en el bar. N