Como parte de su primera gira por Oriente Medio desde que asumió el cargo en enero de 2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, arribó este miércoles, a bordo del Air Force One, al aeropuerto Ben Gurión de Israel.
“La llegada de Biden es una afirmación de los lazos inquebrantables entre nuestros dos países y el compromiso permanente de Estados Unidos con la seguridad de Israel”, apuntó el primer ministro interino israelí, Yair Lapid, en un comunicado.
Biden prometió que Estados Unidos e Israel iban a “reforzar aún más” sus vínculos, y mencionó en particular una asociación “en los sistemas de defensa más sofisticados del mundo”.
Poco después, Biden visitó el memorial israelí de la Shoah (el genocidio de los judíos por la Alemania nazi) en Yad Vashem, en Jerusalén. Tocado con una kipá negra, colocó una corona de flores frente al memorial, reavivó la llama y habló con dos supervivientes.
“Nunca, nunca debemos olvidar por qué el odio nunca se vence”, escribió en el libro de visitas del lugar.
Con ayuda estadounidense, Israel amplió su alcance regional en 2020 al formalizar las relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos. Tras sus acuerdos de paz de 1994, con Jordania y de 1979 con Egipto.
JOE BIDEN LLEGA A ARABIA SAUDITA EN BUSCA DE PETRÓLEO
Joe Biden aterrizó el viernes en Arabia Saudita. Un importante país productor de petróleo que había prometido tratar de “paria” durante la campaña electoral estadounidense. En un viaje que podría impulsar también las relaciones entre los sauditas e Israel.
Un medio estatal saudita mostró imágenes del encuentro entre Biden y el líder de facto del país, el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán. Chocaron los puños en un saludo, en la entrada del palacio real.
El avión presidencial estadounidense había aterrizado en la ciudad costera de Yedá (oeste), procedente de Israel, lo que convierte a Biden en el primer líder estadounidense en viajar directamente desde Israel a un país árabe que no reconoce oficialmente a este último.
Su predecesor, el republicano Donald Trump, hizo en 2017 este viaje, pero en sentido inverso.
Justo antes de su desplazamiento a esa monarquía del Golfo, Israel dijo que no tenía “ninguna objeción” a la transferencia de dos islotes estratégicos a Arabia Saudita y éste anunció la apertura de su espacio aéreo a “todas las aerolíneas”, incluyendo israelíes.
Biden calificó de “histórica” la decisión” de Arabia Saudita e Israel de “paso importante”. Las dos iniciativas podrían, según analistas, abrir una vía para un posible acercamiento de Arabia Saudita e Israel, un país que en 2020 regularizó sus vínculos con dos países aliados del reino saudita: los Emiratos Árabes Unidos y Baréin.
ENCUENTRO ENTRE JOE BIDEN Y EL PRÍNCIPE HEREDERO
Tras dos días de intercambios abiertamente cálidos con el primer ministro israelí y de su reunión más austera con el líder de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, se inicia el tramo Biden más estratégico y también el más complejo de su periplo, ya que Arabia Saudita es una potencia petrolera, acusada de graves violaciones a los derechos humanos.
Cuando era candidato, prometió mantener en estatuto de “paria” al reino después del asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Tras ser elegido desclasificó un informe que señala al príncipe Mohamed bin Salmán en la trama para terminar con la vida del reportero, algo que Riad siempre ha negado.
Pero este viernes Biden se reunió con el príncipe heredero, y lo hará con sus ministros.
Ahora Biden debe buscar el equilibrio entre mantenerse fiel a su defensa de los derechos humanos. Y convencer al reino petrolero para que abra el grifo de la producción de crudo para bajar el precio de los combustibles y anclar la inflación.
AYUDA PARA LOS PALESTINOS
Antes de viajar hacia Arabia Saudita. Biden visitó el hospital Augusta Victoria en Jerusalén Este. Un lugar de la Ciudad Santa ocupado por Israel, donde anunció una ayuda de 100 millones de dólares a la red hospitalaria local. Después, se reunió con el líder de la Autoridad en Cisjordania ocupada.
Allí lo esperaban manifestantes para pedir “justicia” por la muerte de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh en mayo pasado cuando cubría una operación militar israelí en Cisjordania ocupada.
En una rueda de prensa Biden dijo que “Estados Unidos seguirá insistiendo en una completa y transparente rendición de cuentas de su muerte”. Elogiando el trabajo de la periodista de la cadena catarí de televisión Al Jazeera.
Además anunció un proyecto de internet 4G en la Franja de Gaza y Cisjordania para finales de 2023, una aspiración de muchos palestinos que han visto cómo algunos en Israel utilizan redes de 5G.
Por su parte, Abas insistió en medidas políticas, más que económicas, para poner fin, según él, al “apartheid” israelí en los territorios palestinos ocupados.
El presidente estadounidense reafirmó el apoyo de Washington a “una solución de dos Estados para dos pueblos”.
Pero el jueves dejó claro que no pretende revertir el polémico reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel. Esta medida, de su antecesor Donald Trump, causó mucha indignación entre los palestinos, los cuales ven a Jerusalén Este como sede de su futuro Estado.
El primer ministro israelí dice que apoya la solución de dos Estados, pero no se espera que haya avances hacia un acuerdo de paz antes de las elecciones de noviembre.
Los temas que centraron la reunión con Lapid fueron el programa nuclear iraní y su apoyo a grupos islamistas como Hamás, que gobierna la Franja de Gaza.
Biden y Lapid firmaron un nuevo pacto de seguridad en el cual Washington se comprometió a utilizar todo su “poderío nacional” para asegurar que Irán no llegue a hacerse con un arma nuclear. N
(Con información de AFP)