HUBO MÁS de 60 niños muertos en el conflicto de Gaza que terminó con un cese al fuego, la semana pasada, después de varios días de lucha explosiva.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó que por lo menos 230 palestinos murieron y cientos más fueron heridos durante los 11 días del conflicto, mientras que por lo menos 12 personas perdieron la vida en Israel, según la Associated Press. Aun cuando no se sabe cuántos de los muertos y heridos eran civiles, la cantidad de niños muertos demuestra el precio alto que los civiles pagan en los conflictos militares modernos.
Según un informe reciente de Acción contra la Violencia Armada (AOAV), un promedio de 91 por ciento de las personas muertas o heridas durante el uso de armas explosivas en áreas densamente pobladas son civiles.
El análisis, que mencionó reportes mediáticos sobre muertes y lesiones de civiles entre 2011 y 2020, hizo un llamado a los Estados miembros de la Red Internacional contra las Armas Explosivas para que detuvieran el uso de armas explosivas donde posiblemente haya civiles, como regiones muy pobladas.
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“Es absolutamente ridícula esta idea de que puedes hacer tantísimos ataques aéreos en áreas pobladas y no matar civiles”, dijo Iain Overton, director ejecutivo de la AOAV.
Según Overton, el uso de ataques militares dirigidos desde la era de la Guerra del Golfo ha llevado a muchos a creer que los sistemas de armas inteligentes pueden ayudar a los militares a evitar matar o herir a civiles.
“Pero esto no es ni remotamente cierto”, comentó. “Sí mueren civiles”.
Las muertes de civiles no son algo nuevo en épocas de guerra. Pero Overton dijo que hay una diferencia entre los civiles que mueren a causa de las presiones que los conflictos violentos imponen en las comunidades locales y los civiles de hoy día que a menudo están en la línea directa de fuego.
Según una evaluación de las Naciones Unidas (ONU) sobre las tendencias bélicas del siglo XX, alrededor de 50 por ciento de las muertes reportadas durante conflictos militares de 1900 a 1950 eran civiles. Esa cifra aumentó a 74 por ciento en la década de 1980 y siguió creciendo durante la de 1990.
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“Los asesinatos masivos de poblaciones civiles se deben, en gran medida, al hecho de que las guerras actuales se entablan en gran medida dentro de y no entre países”, rezaba el informe.
“Poblados y calles se han convertido en campos de batalla. Los santuarios tradicionales, como los hospitales e iglesias, se han convertido en objetivos. Los conflictos armados de hoy día destruyen cultivos, lugares de adoración y escuelas. Nada se salva”.
Los reportes de derramamiento de sangre civil siguieron creciendo en las dos primeras décadas del siglo XXI, lo cual Overton se lo atribuye en parte a la dependencia en drones no tripulados.
“La guerra contra el terrorismo, que empezó con un ataque suicida contra las Torre Gemelas, ha creado una forma nueva de hacer la guerra”, comentó Overton. “Ya sea la intimidad terrible de un terrorista suicida que entrega su vida para convertirse en el arma o los drones no tripulados que responden a estos terroristas suicidas”.
La información incluida en el informe reciente de la AOAV no contaba los muertos y heridos reportados durante el conflicto de este mes en Gaza. Sin embargo, sí señala la sangrienta guerra anterior en la región, en el verano de 2014, en la cual más de 3,700 civiles fueron muertos o heridos.
Al señalar el alto en la violencia que siguió a ese verano en Gaza, el informe advirtió que el área estaba “todavía marcada por estallidos intermitentes de violencia explosiva y bloqueos y disturbios constantes”.
Gaza aparece en el noveno lugar en la lista de la AOAV de territorios donde los civiles son más afectados por las armas explosivas. De 2011 a 2020, 5,107 de las 5,700 personas heridas por el uso de armas explosivas en Gaza eran civiles, casi el 90 por ciento.
En contraste con el alto porcentaje de víctimas civiles reportadas en áreas pobladas, el informe de la AOAV mencionó que se reportó una cantidad considerablemente menor de civiles —alrededor de 25 por ciento— en áreas que no están altamente pobladas. Pero evitar las áreas con gran cantidad de civiles es difícil para las partes involucradas en el conflicto de Gaza, dijo Overton.
“La gente dice que Hamás se esconde detrás de escudos humanos. Pero lo cierto es que Hamás no puede ir a otra parte”, comentó Overton, refiriéndose al principal grupo miliciano de Palestina. “Entonces, sí, Hamás lucha dentro de un área poblada. Sin embargo, esto no es inherentemente su culpa. No tienen dónde más ir. Y ello plantea algunos problemas muy profundos”.
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Al citar el llamado de la AOAV a que la comunidad internacional rechace el uso de armas explosivas en áreas pobladas, Overton comentó que tiene esperanza en que la respuesta pública internacional a la violencia como la que se experimentó recientemente en Gaza haga menos popular el uso de armas explosivas, y con ello se salven vidas civiles.
“La guerra del siglo XXI no ha cumplido sus promesas de reconciliación y paz, que es lo que siempre promete” en busca de un ‘mundo mejor’, dijo Overton a Newsweek.
Más bien, según señaló, la guerra del siglo XXI “solo está arruinando al mundo” en vez de mejorarlo.
“Pienso que estamos llegando a un punto en el que hay una indignación cada vez más moral de que estas cosas puedan pasar en el nombre de la llamada civilización”, concluyó Overton.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek