EL ARTISTA mexicano de origen español Vicente Rojo, uno de los más notables representantes del abstraccionismo mexicano a nivel internacional, falleció este miércoles a los 89 años en Ciudad de México.
La secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, lamentó el fallecimiento del extraordinario artista, a quien consideró “grande entre los grandes. Contribuyó a la renovación estética de México en los 50 y 60, representante del abstracto mexicano en el mundo”.
Informó que en el Museo de Arte Moderno se llevará a cabo una gran exposición retrospectiva, la cual se estaba trabajando con el artista, y que será parte del homenaje nacional que se le rendirá.
“Todos los homenajes serán pocos para Rojo. Creador emérito, Premio Nacional, miembro del Colegio Nacional, influyó en el pensamiento y obra de generaciones en el diseño, pintura, escultura y literatura”, agregó Alejandra Frausto.
Por su parte, la directora general del INBAL, Lucina Jiménez, expresó “Vicente Rojo, con quien mantuve una amistad entrañable, deja testimonio artístico de gran valor en la pintura, la gráfica, el diseño que marcan toda una generación del siglo XX y XXI mexicanos. Vicente Rojo fue también forjador de un mundo editorial que revolucionó desde el diseño y su mirada del mundo literario y artístico en toda la amplitud posible”.
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Vicente Rojo Almazán nació el 15 de marzo de 1932 en Barcelona, España, donde realizó sus primeros estudios de escultura y cerámica. En 1949 llegó a México a los 17 años, para reunirse con su padre, después de una década. Conocía a México a través del cine y la música.
El escritor Fernando Benítez lo describió como pálido y silencioso, lo integró al suplemento México en la Cultura, otra influencia importante fue la del pintor Arturo Souto, quien le mostró el color y le recomendó conocer la disciplina pictórica.
También participó con la Revista de la Universidad de México, de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el suplemento La cultura en México (1962-1974) de la revista Siempre!
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Luego de obtener la nacionalidad mexicana, estudió pintura en la escuela de arte La Esmeralda, y durante más de cuarenta años creó una amplia obra en pintura, diseño gráfico y, en fechas más recientes, escultura.
Expuso en numerosas ocasiones en México y en el extranjero, a partir de 1958. El 16 de noviembre de 1994, fue elegido miembro de El Colegio Nacional, y su discurso de ingreso fue “Los sueños compartidos”, contestado por Manuel Peimbert Sierra.
Cuando la Universidad Iberoamericana le otorgó el doctorado honoris causa, expresó: “El diseño es un canto capaz de atraer a su destinatario, a su lector, si es un libro, una revista o un catálogo, o a un espectador, si se trata de un cartel para una exposición o una película; es decir, una tarea de ninguna manera menor que me ha permitido tener los pies en la tierra y, desde mi timidez de antaño, comunicarme con los demás”.
Dentro de sus obras más sobresalientes ubicadas la Ciudad de México, se encuentran: la fuente central de la Plaza Juárez, en el centro histórico de la Ciudad de México, creada en 2005; la Versión celeste, vitral en el patio central del edificio del Nacional Monte de Piedad, en el centro histórico de la Ciudad de México, de 2019 y el Jardín urbano, mural en el exterior del Museo Kaluz, creado en 2019. N