UN FUNCIONARIO brasileño que impulsó una legislación para evitar la vacunación obligatoria en contra del COVID-19 murió a causa de esa enfermedad.
Silvio Antonio Favero, de 54 años, diputado regional del Partido Social Liberal de Mato Grosso do Sul, murió de coronavirus la tarde de este sábado.
En febrero, Favero propuso un proyecto de ley ante la legislatura estatal para evitar la vacunación obligatoria contra el COVID-19.
Sus familiares dijeron que el 11 de marzo fue hospitalizado en la ciudad de Cuiabá, capital del estado. Los médicos informaron que Favero murió como resultado de complicaciones e infecciones provocadas por el virus, pero que su condición ya había empeorado desde el sábado por la mañana.
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Favero, al igual que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dudaba de la seguridad y eficacia de las vacunas contra el COVID-19.
El 18 de diciembre, la Suprema Corte de Brasil autorizó a los gobiernos regionales y municipales que impusieran sanciones a las personas que rehusaran ser inmunizadas, como dificultarles el acceso a los servicios públicos.
La ley no obliga a vacunarse, pero impone restricciones a quienes decidan no hacerlo. En la misma legislación, la Corte decidió que los padres o tutores deben vacunar a sus hijos para protegerlos contra el COVID-19.
Favero se oponía a esta regla y en febrero, presentó el proyecto de ley ante la legislatura de Mato Grosso do Sul para “garantizar el derecho de los ciudadanos a decidir si desean ser vacunados o no”. Bolsonaro apoyó la legislación. Actualmente, el proyecto de ley está siendo analizado en la Asamblea Legislativa.
HABÍA MINIMIZADO EL IMPACTO DE LA ENFERMEDAD
Favero dijo, refiriéndose al proyecto de ley: “Su objetivo es evitar que la vacunación se vuelva obligatoria, ya que actualmente existe incertidumbre sobre la eficacia y los posibles efectos colaterales de las vacunas, donde estas presentan un riesgo que sin duda es irreparable, ya que se desconocen los efectos a corto, mediano y largo plazo de la vacuna”.
Anteriormente, Favero había minimizado el impacto de la enfermedad. En publicaciones anteriores hechas en las redes sociales se le vio compartiendo algunos de los comentarios de Bolsonaro sobre el COVID-19, como “el hambre mata a más personas que el virus”.
Mauro Mendes, gobernador de Mato Grosso do Sul, anunció tres días de duelo oficial tras el anuncio de la muerte de Favero.
“Favero dejó su huella en la historia de Mato Grosso, al luchar por lo que él consideraba correcto”, dijo. “Acompañó al Estado en la búsqueda de las mejores condiciones para el pueblo de Mato Grosso. Mi esposa y yo le deseamos fortaleza a toda su familia en este momento de duelo, y que Dios lo bendiga y lo reciba con los brazos abiertos”.
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Brasil tiene el segundo mayor número de víctimas mortales por el COVID-19 en el mundo, y la semana anterior fue la más mortífera de toda la pandemia.
El despliegue de las vacunas ha sido lento. Tan solo 8.6 millones de brasileños, el equivalente a cuatro por ciento de la población, han recibido una primera dosis, y de ellos, solo tres millones han recibido una segunda dosis.
Hasta el 14 de marzo, la media acumulada en siete días del número de nuevos casos de coronavirus se mantuvo en 66,289 casos diarios, mientras que la última semana se registraron 1,831 fallecimientos diarios en promedio, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
El presidente Bolsonaro ha recibido críticas por mostrarse demasiado indolente con respecto a la pandemia al decir que no se vacunaría, y por pedirles la semana pasada a los brasileños que “dejaran de lloriquear” y que aprendieran a vivir con el virus. Anteriormente, había desestimado al virus, calificándolo como “una pequeña gripe”. Bolsonaro mismo contrajo el coronavirus en julio del año pasado. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek