AL CALOR del agravamiento de la pandemia en México, presuntos médicos y enfermos de COVID-19 promueven en redes sociales la elaboración de dispositivos artesanales para mejorar la oxigenación de los pacientes, pero especialistas y autoridades advierten contra su uso por su inefectividad y potencial riesgo para la salud.
En videos compartidos cientos de miles de veces entre usuarios mexicanos, esas personas afirman haber creado un concentrador de oxígeno a partir de bombas de aire como las de una pecera o los nebulizadores medicinales.
Estos contenidos surgieron en enero, cuando en Ciudad de México la ocupación hospitalaria superó el 90 por ciento por la pandemia. A mediados de mes, algunas personas tenían que hacer hasta cinco horas de fila para adquirir o rellenar tanques de oxígeno, que en algunos casos apenas duran 60 minutos y cuya demanda aumentó 700 por ciento desde finales de diciembre.
Con más de dos millones de contagios y 160,000 defunciones, México solo es superado por Estados Unidos y Brasil en número absoluto de fallecidos por COVID-19.
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No obstante, especialistas consultados por la AFP estiman que por la complejidad con que trabaja un concentrador de oxígeno no es posible su fabricación doméstica y advierten que los mecanismos que se muestran en redes sociales carecen del rendimiento requerido por un paciente con bajos niveles de oxígeno en sangre, por lo que puede generar una falsa sensación de seguridad.
Un concentrador, según las especificaciones técnicas publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2016, está diseñado “para concentrar el oxígeno a partir del aire ambiente” y suministrarlo al paciente con hipoxemia, es decir, con bajos niveles de oxígeno en sangre.
El dispositivo separa el oxígeno del nitrógeno mediante filtros, explicó Nicolás Roux, jefe de Rehabilitación y Cuidados Respiratorios del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina.
El COVID-19 es una de las enfermedades que “afectan la capacidad de los pulmones de realizar un correcto intercambio de gases, es decir, eliminar dióxido de carbono y recibir oxígeno”, añadió Roux.
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El coronavirus “ocasiona neumonía, una infección que inflama uno o ambos pulmones y se pueden llenar de líquido o material purulento (…) Por eso el paciente presenta falta de aire y baja su oxigenación”, dijo a la AFP Ramón Aguilar, presidente en México de la Sociedad Latinoamericana de Cuidados Respiratorios.
La razón para dar oxígeno, explicó Aguilar, es ayudar a las zonas de los pulmones sin líquido ni material purulento a oxigenar mejor y disminuir o eliminar la falta de aire, y de eso modo reducir el trabajo del corazón.
“Por la complejidad de su funcionamiento y por ser un equipo de uso medicinal no es posible su fabricación de manera casera”, advirtió Roux.
Aguilar explicó que los dispositivos que se muestran en redes sociales hacen circular aire con una concentración de oxígeno idéntica a la del ambiente, aproximadamente 21 por ciento, mientras que un paciente con hipoxemia requiere niveles de 90 por ciento.
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En sus especificaciones técnicas sobre estos dispositivos, la OMS establece una concentración estándar mayor a 82 por ciento.
“Una consecuencia de usar un compresor de aire es que el paciente seguirá oxigenando mal al no recibir una concentración alta de oxígeno (…), su corazón trabajará más y corre el riesgo de lesionar las partes del pulmón sanas y esto al final le puede llevar a la muerte”, alertó Aguilar.
Durante una conferencia de prensa el 21 de enero, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, reportó haber visto uno de los videos y advirtió: “Nos preocupa que se pierda tiempo con la esperanza de que eso va a resultar y al paso de quizá horas o días, muy pocos días, se deteriore la persona”. N