“CREO que mi generación, la de los nacidos en los años 70, somos una generación curiosa porque venimos de lugares donde casi todos nuestros papás o los papás de mis amigos estaban divorciados. Nos hicimos de un hogar con el papá o con la mamá, viendo al otro padre distante”, cuenta el autor mexicano Jaime Mesa.
Hablar de las nuevas paternidades, de la responsabilidad afectiva entre padres e hijas e hijos, el cariño y el compromiso en el crecimiento y desarrollo de niñas y niños dentro del núcleo familiar, es uno de los temas que este escritor plasma en su reciente novela, Resurrección (editorial Océano).
La historia nace en un México que no lo es, pero que avanza entre el horror de la violencia, del abuso sexual, la prostitución, los feminicidios, la guerra entre organizaciones criminales por arrebatarse plazas, la migración y las pocas oportunidades.
En Resurrección, Mesa atrapa de forma inmediata al lector desde el momento en que la primera escena de la novela narra, de manera alucinante, el momento en que un padre entrega el desconocido cariño paternal que un hijo tiene derecho a conocer desde sus primeros momentos de vida.
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Para construir y revolucionar la imagen de sus personajes, especialmente la de un padre de familia, el autor se basa en las experiencias y vivencias que tuvo cuando niño con amigos cercanos: “El paradigma de un papá duro, del papá trabajador, del papá que no estaba en casa y del papá que, claro, te quiere muchísimo, pero a veces no lo demuestra o no te abraza como sí lo hace la mamá”.
En entrevista con Newsweek México, Jaime Mesa explica que esta obra fue parte de un plan que tuvo hace seis años. Al inicio, contaba con una novela de 500 páginas que habla de la historia de una familia, con el tiempo se dedicó a afinar el asunto de las narrativas que cuentan la violencia en México y, sobre todo, “la violencia realista”, según describe.
Sin embargo, una de las piezas más importantes y que resultó una sorpresa para él fue el desafío de narrar las nuevas paternidades que mucho tenían que ver con una paternidad que el autor comenzaba a forjar.
De ahí que Resurrección sea el resultado de un padre que después de 16 años llega a buscar a su hijo. La odisea se convirtió en un asunto épico con héroes que cumplen un destino fatal, a veces amoroso y que, al final, se encuentran en un México desconocido que no se parece a este, pero sí se parece a este, en una etapa final de resurrección.
NUEVAS PATERNIDADES ESCRITAS POR HOMBRES
Narrar las nuevas paternidades en la literatura mexicana es un parteaguas que el autor Jaime Mesa logra y hace que esta novela sea imprescindible en tiempos donde las mujeres no solo levantan la voz por las que ya no están, sino también por la apertura al diálogo a las nuevas masculinidades y paternidades.
Crecer y ver de cerca a amigos y conocidos de su generación con familias donde ya existía un divorcio permitió al autor poner estos temas a discusión en su novela. En cuanto al tema de la paternidad, Mesa cuenta cómo esta concepción llegó a su vida, antes de iniciar la novela, ya que un año atrás se había convertido en padre.
“Soy padre hace siete años —y también lo son muchos de mis amigos escritores y no escritores—. Al revisar estas paternidades de mucho cariño, pude entender que los hijos hombres o mujeres son personas frágiles, que hay una responsabilidad y que no queremos lo que nosotros tuvimos”.
Mesa considera que, hoy en día, hay una suerte de parejas largas, matrimonios largos y tradicionales y que el papá, obviamente por los tiempos, asume responsable y alegremente el 50 por ciento de la casa y consabidamente el 50 por ciento del desarrollo de los hijos. Estas situaciones él las ha enfrentado a través del aprendizaje como padre, lo que lo llevó a escribir la novela.
Por ejemplo, cuando Dante, uno de sus personajes en Resurrección, tenía tres años, el autor ya tenía tres años de vivir esta nueva paternidad como parte de la experiencia que incide en la nueva masculinidad.
“Lo aprendí y lo escribí siendo padre. Creo que contribuye a romper con un paradigma que ya tiene que acabar en este asunto patriarcal y dominante, de que el hombre es el proveedor y no demuestra los sentimientos. No llora. Me parece que es una patraña de hace muchos siglos, es decir, creo que muchos hombres que querrían asumir una paternidad tierna, por decirlo de alguna forma, no pueden porque tienen este estereotipo o estas sombras que nos van persiguiendo”, señala el autor.
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Ante este argumento, la novela propone que los hombres —dentro del relato— son fuertes y duros, pero, al mismo tiempo, no dejan los cariños solo a la parte femenina, sino que los asumen.
“Las mujeres nos han enseñado que el paradigma se acabó y que una parte que nos corresponde [como padres] es asumir nuestro papel que nos tocaba hacer hace mucho tiempo y plantearlo en estas nuevas lecturas”, añade.
NARRAR LA VIOLENCIA EN UN PAÍS VIOLENTO
Narrar, investigar y enfrentar la violencia en un país como México se ha convertido en un tema normalizado para los ciudadanos, y para Jaime Mesa, el reto de narrar esta violencia es parte del cuidado narrativo y crudo que aparece en Resurrección.
De acuerdo con el autor, estamos muy entendidos, informados y bastante hartos de esta narrativa visual de contar las historias violentas todos los días. Pensamos y sabemos que México es un país aterrado, “que estamos aterrados, que todo mundo tiene miedo y contar eso no me interesaba tanto, más bien me interesaba meterme en el núcleo de una familia, explorar sus cariños y la parte violenta en ese México que es reflejo del que estamos viviendo”.
Ante esto, más que describir la violencia que es parte de la cotidianidad de los ciudadanos, en la novela Mesa explora los orígenes y consecuencias de esa crueldad donde la exageración de las cifras, la saturación de los sentidos, son elementos que encaminan la historia de Servando, Ariel y Dante en la novela.
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“Muchas noticias nos dan números, nos dan cifras, balances, pero como la guerra contra el narco es un número de muertos que no logramos entender, si contáramos las historias individuales necesitaríamos a muchos escritores contándolas, pero tendríamos más humanidad o más sentido de lo que está pasando”, explica.
El México que Jaime Mesa narra en su novela es la exageración de un México que no es, pensado como la cara oculta de este país, donde señala los lugares donde ocurren los hechos violentos, pero es fácil imaginarlos. Como sucede con el pueblo San Juan Betulia, así como los giros criminales que desarrollan los personajes, tales como el narcotráfico.
“Contar a ese otro México, que no es nada más el de las noticias, era una de mis intenciones”, añade.
Jaime Mesa es un autor mexicano radicado en Cholula, Puebla. Entre los temas que pone sobre la mesa en sus relatos está la violencia, el poder, la creación y, hoy, la familia y las nuevas paternidades. Además de Resurrección, también puedes leerlo en Bestias negras, La mujer inexistente y Los predilectos. N