Pregúntate en tu ciudad, locación o región: ¿el aire que respiras contiene el 21 por ciento de oxígeno y el 78 por ciento de nitrógeno necesarios para respirar? Si el porcentaje de oxígeno se modifica, los seres humanos pueden verse severamente afectados y, en casos extremos, puede resultar en la muerte. Si el porcentaje de oxígeno se reduce (deficiencia), ya sea mediante la exclusión o la adición de otros gases, a menos de 21 por ciento, puede producir la reducción de la capacidad física e intelectual del ser humano.
Actualmente, el COVID-19 ha afectado al mundo, a la raza humana, en el sistema respiratorio. Para poder vivir se depende de tener un suministro continuo de oxígeno que ayude a tener la cantidad necesaria de este vital elemento en el organismo. El objetivo es tener una combustión completa.
Ante esta nueva condicionante que tenemos del virus y ante la nueva realidad debemos de ser más claros en lo que conviene quemar como combustibles para la movilidad de las personas o la utilización para la industria. El ser humano no creo que sea capaz de regresar al inicio de la civilización, pero podría cambiar y modificar sus comodidades actuales y ser más responsable con la ayuda del conocimiento que debe utilizar.
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El ser humano, como parte importante para poder tener una actividad física e intelectual dentro de lo normal, debe tener oxígeno en la sangre (saturación de oxígeno), entre el 95 por ciento y el 100 por ciento, pues estar por debajo del 90 por ciento podría causar hipoxemia. Entonces, al conjuntar un porcentaje menor de oxígeno en el aire que entra en el cuerpo, como consecuencia no se obtiene el oxígeno suficiente para la sangre y el cuerpo humano sufre un deterioro mayor y reducción en la calidad de vida.
En nuestro país, el 30 a 35 por ciento del total que se consume de gasolina está concentrado en Monterrey, Guadalajara, CDMX y Estado de México, según información de la Sener, Pemex y la SHCP.
Hoy el ser humano compite por su comodidad en cada una de las ciudades anteriores. Sin embargo, al haber una menor cantidad de oxígeno en el aire debido a la contaminación, la consecuencia es que los combustibles que no tienen aditivos adecuados para poder llegar a una combustión completa están tomando más oxígeno. Un aire no adecuado produce una mayor cantidad de contaminantes al no respetar la pureza del balance químico de la combustión.
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Un volumen quemado de gasolina en su totalidad dependerá de la cantidad de oxígeno disponible en el aire para tener una combustión completa. Hemos de recordar que, a mayor altura, menor cantidad (CDMX 13 a 16 por ciento). La combustión completa espera tener como producto, en una ecuación general química, “dióxido de carbono (CO2)”, y la incompleta produce “monóxido de carbono (CO)”, este último es un gas altamente mortal para los seres vivos y más reactivo para producir otros contaminantes. En las ecuaciones se observa la cantidad de oxigeno necesarios para la combustión:
Completa: 2 C8H18 + 25 O2 → 16 CO2 + 18 H2O
Incompleta: 2 C8H18 + 17 O2 → 16 CO + 18 H2O
Sin una calidad de aire ideal (21 por ciento de oxígeno mínimo) en la cámara de combustión del motor, siempre habrá una reacción incompleta; por muy eficiente y avance tecnológico tenga el vehículo.
Por lo anterior, la adición de ciertos aditivos oxigenantes (MTBE o etanol) a los combustibles como la gasolina, son necesarios para proporcionar el oxígeno faltante por el aire y no utilizar una mayor cantidad del elemento, aire necesario para tener una buena saturación en la sangre de los seres vivos que realizan la combustión para producir el oxígeno requerido para vivir. Imagina ahora que en tus pulmones entre un aire no rico en oxígeno y tu combustión es incompleta, tendrás problemas en el sistema respiratorio.
De acuerdo con pronósticos adaptados a las prospectivas de la Sener y la nueva demanda observada en 2020, el pronóstico de consumo de gasolina en las ciudades de mayor consumo y nivel nacional podría aumentar considerablemente.
Esto ocasionaría tener una gran emisión de CO2 y otros componentes de acuerdo con la hoja de cálculo del mes de junio de la Semarnat, proveniente de la Calculadora para el Registro Nacional de Emisiones y de acuerdo con los consumos anteriores:
En México debemos empezar a plantear lo que conviene y cómo deben quemarse y usarse los combustibles. Debemos de partir, en una forma pragmática, del sentido común científico y no literario de estudios que no fueron realizados en las condiciones actuales que enfrentan ciertas ciudades en nuestro país. Al caso, no hay instituciones o mentes en México capaces de hacerlo.
Hemos aprendido a facilitar la vida, colocar un valor a las cosas para su comercialización, lo que ha dado como resultado tener diferenciadores entre el conjunto de comodidades que han originado ciertos países que aprovecharon el conocimiento tecnológico para dar una mejor calidad de vida a cada ser vivo.
Nosotros, en México, ¿por qué no podemos ponernos de acuerdo y dejar a un lado los intereses individuales?
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.