Se llama Avifavir y es el medicamento que Rusia quiere comercializar a los países de América Latina para combatir el nuevo coronavirus.
Se trata de un antiviral desarrollado a partir del favipiravir, un medicamento japonés usado contra la influenza, aunque algunos expertos sostienen que no hay pruebas concluyentes sobre su efectividad para combatir la COVID-19.
Sin embargo, Avifavir fue aprobado por el Ministerio de Salud de Rusia el 29 de mayo “como el primer fármaco para el tratamiento del COVID-19”.
Este viernes, se presentó el medicamento en la embajada rusa en Guatemala para iniciar las negociaciones para su suministro en toda la región. A la videoconferencia asistieron representantes de varios países y agencias especializadas.
La presentación del fármaco fue organizada por la embajada de Rusia en Guatemala en su calidad de miembro observador del Parlamento Centroamericano (Parlacen), cuya sede se encuentra en la capital guatemalteca.
Avifavir empezó a ser suministrado a los pacientes de COVID-19 en Rusia el 11 de junio.
Según las autoridades sanitarias de ese país, los ensayos clínicos, así como los datos del primer mes de uso hospitalario, demostraron resultados positivos cuando se usa el fármaco en las etapas inicial y media de la enfermedad.
Sin embargo, algunos critican que el Ministerio de Salud ruso dio su aprobación para el uso de Avifavir en un proceso acelerado mientras los ensayos clínicos, realizados durante un período más corto y con menos personas que en muchos otros países, todavía estaban en marcha.
Sin resultados concluyentes
El favipiravir es objeto de al menos 25 ensayos clínicos alrededor del mundo.
El interés por el fármaco se disparó en marzo después de que un funcionario chino dijo que parecía ayudar a los pacientes a recuperarse de COVID-19.
En Japón, donde se comercializa bajo el nombre de Avigan, fue aprobado como tratamiento de emergencia contra la influenza en 2014.
El favipiravir actúa inhibiendo una enzima que es clave para que el virus se replique en las células.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo que esperaba que el fármaco fuera aprobado como tratamiento para la COVID-19 en mayo.
Sin embargo, los resultados de los ensayos clínicos dados a conocer por investigadores japoneses este viernes no arrojaron resultados concluyentes sobre la eficacia del favipiravir como tratamiento para el nuevo coronavirus.
Aunque los pacientes que recibieron el medicamento al principio del estudio mostraron una mayor mejora que los que recibieron dosis tardías, los resultados no son estadísticamente significativos, dijo en conferencia de prensa este viernes Yohei Doi, investigador de la Universidad Fujita de la Salud.
Los ensayos clínicos de este estudio fueron realizados entre marzo y mayo con 89 pacientes en todo Japón. Otros estudios se están llevando a cabo en China y Estados Unidos.
Otros medicamentos
El Avifavir no es el único medicamento aprobado por las autoridades rusas para combatir la COVID-19.
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Este miércoles, el Ministerio de Sanidad de Rusia registró el Coronavir, también creado con base en el antigripal favipiravir.
“Coronavir es una de las primeras drogas en Rusia y en el mundo que no aborda las complicaciones causadas por SARS-CoV-2, sino que combate el virus en sí mismo”, dijo su fabricante, R-Pharm.
La compañía dijo que un ensayo clínico mostró que el fármaco era altamente efectivo para inhibir la replicación del nuevo coronavirus en casos de nivel leve o medio.
Según dicho estudio, el 55% de casos mostró una mejora en el séptimo día de tratamiento con Coronavir. Al quinto día de tratamiento, el nuevo coronavirus se había eliminado en el 77,5% de los pacientes que tomaron el medicamento, dijo R-Pharm.
En Estados Unidos, Reino Unido y otros países se ha aprobado el uso de remdesivir como tratamiento para pacientes con COVID-19.
Remdesivir es un fármaco antiviral que ha sido utilizado contra el ébola. Actúa atacando una enzima que el virus necesita para replicarse dentro de nuestras células.
Su tratamiento ha sido aprobado en pacientes con COVID-19 en Estados Unidos y Reino Unido, entre otros países.
Los resultados iniciales de pruebas clínicas indican que puede reducir el período de recuperación de la infección por unos cuatro días, pero todavía no hay evidencia que puede salvar más vidas.
Otro fármaco que es una gran esperanza para el tratamiento de pacientes graves de COVID-19 es la dexametasona, un esteroide que al ser suministrado en dosis bajas ha demostrado ser uno de los mejores avances en la lucha contra el virus, según los expertos de Reino Unido que lo probaron.
En las pruebas sobre el COVID-19, la dexametasona ha ayudado a detener parte del daño que puede ocurrir cuando el sistema inmunitario del cuerpo se sobrecarga mientras trata de combatir el coronavirus.
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