El cine vertical existe. Incluso, algunos festivales de cine están impulsando esta forma de producir historias.
La llegada de los smartphones está transformando nuestra forma de consumir historias. En el pasado era casi impensable producir o ver productos audiovisuales en formato vertical. ¡Sacrilegio!
Pero digamos que el celular, Tiktok e Instagram llegaron a romper ese paradigma y a presentarnos el formato vertical como el nuevo invitado a la hora de producir y consumir historias.
Y todo esto nos hace cuestionarnos: ¿por qué hasta ahora habíamos visto el mundo en formato horizontal?
Esto tiene que ver con que los humanos vemos con mayor amplitud hacia los lados que hacia arriba y hacia abajo. También con el hecho de que la escritura occidental está diseñada en formato horizontal (leemos de derecha a izquierda).
Para el crítico de cine e integrante de Berlinale Talents Press, Sergio Huidobro, el formato horizontal del cine también es una convención.
“Son convenciones, no hay ninguna razón natural para que las imágenes se capturen y se lean y se difundan de manera horizontal. Son razones técnicas y comerciales”, explica en entrevista con este medio.
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“Técnicas porque el tamaño original que usaba el cinematógrafo tuvo esa forma, porque así era el rollo de celuloide y era lo más fácil para el mecanismo de ir pasando 24 cuadros por segundo”, añade.
EL PAPEL DE LA PINTURA Y LA FOTOGRAFÍA
“El cine venía de la fotografía y la fotografía venía de la pintura, dos formatos de siglos que fueron derivando hacia el cine. No hay una razón más que esa, es tradición.
“Y en la parte comercial también por la guerra de patente de los negativos, de Kodak y de otros fabricantes. Fueron formatos que se estandarizaron y llevan casi 130 años así, entonces por eso son paradigmáticos”, expone Huidobro.
Entonces, ¿de qué sirve llevar el cine al formato vertical?
Para el crítico Sergio Huidobro, la llegada de nuevos formatos revitaliza el debate de por qué vemos las imágenes en horizontal, lo que para él es muy sano.
“Y, por otro lado, ofrece nuevas alternativas de lenguaje para teléfonos móviles o para dispositivos que ya no son alternativos sino predominantes, pues tienen una penetración social mayor que las salas de cine”, señala.
Sí, gran parte de los usuarios de Netflix usan la plataforma en el celular.
“Muchas personas terminan viendo el contenido de las plataformas de streaming en el celular y a veces no voltean la pantalla. Y mucho de este material no está hecho en formato 9:16, que es el formato vertical”, opina Pablo Camargo, cineasta de La Xula films.
EL CINE VERTICAL EXISTE
Algunos festivales de cine están impulsando esta forma de producir historias. Por ejemplo, el concurso Nespresso Talents del Festival de Cine de Morelia premia las mejores historias contadas en formato vertical.
Camargo ha participado en dos ocasiones en Nespresso Talents, con Hola Ma y Miss Martha, corto inspirado en la historia de una maestra de kínder en Nuevo León que tranquilizó a sus alumnos con una canción durante una balacera.
Para Pablo Camargo, el formato vertical reduce la cantidad de material que puedes registrar, eso sería un contra, pero… también puede modificar los límites.
“El mundo está concebido hacia el 16:9 (formato horizontal), y justo esta nueva propuesta (vertical) te invita a modificar estos límites que ya están impuestos.
“Lo que me interesó mucho durante estos proyectos es que la composición, la forma en la que planteamos varios planos y la forma en la que se acomodaban las cosas dentro del espacio era muy estética, y fue algo que descubrimos haciéndolo”, relata Camargo en entrevista.
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LA SENSACIÓN DE NATURALIDAD
El director de Miss Martha señala que, durante su participación en el Festival de Cine de Morelia, muchas personas se acercaron a él para decirle que el formato vertical les dio una sensación de “algo más real”.
“La traducción que yo hice fue que tuvieron esta misma sensación que da la cámara en mano con el documental, pero en formato vertical”, explica.
“Pienso que los celulares se han vuelto algo mucho más cotidiano de lo que eran antes y creo que la forma de entender a través de ellos se vuelve algo mucho más común.
“Hay un cierto dogma de que no hay posibilidades fuera del formato horizontal, pero me parece un poco necio no atender una necesidad real de la audiencia. Hay territorios que no hemos explorado y quizá podemos llegar a más gente así y eso es lo importante”, señala Pablo Camargo.
El crítico de cine Sergio Huidobro coincide con él en ese punto.
“Las ventajas del cine vertical no están tan ligadas a la estética del formato ni a los modelos narrativos, sino a la portabilidad, a la posibilidad de nuevas formas de distribución, de exhibición y comercialización, dependiendo de dónde logre implantarse: en anuncios comerciales, en periodismo, en documentales o cine experimental”, opina Huidobro.
Y ¿TIENE FUTURO?
“No sé si el futuro del cine vaya hacia allá, sería arriesgado hablar de eso, pero sí creo que hay cabida a nuevas posibilidades narrativas que no deberían ser descartadas” dice Pablo Camargo.
“Creo que hay un condicionamiento, creo que ya estamos viendo así. No sé si el cine y la industria vayan hacia allá, pero el registro histórico definitivamente sí, y eso me parece muy emocionante”, señala el director.
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Y relata una anécdota: actualmente está trabajando en un documental sobre el derrumbe del Tec de Monterrey en Ciudad de México durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017.
“Es muy interesante que, a pesar de que los chicos pudieron registrar más cosas grabando en horizontal, los videos que grabaron fueron en vertical. Yo les pregunté que por qué y me contestaron que fue una respuesta inmediata”, relata el director y estudiante del CCC.
¿EN QUÉ INNOVARÍA?
Pablo Camargo piensa que, más allá de un aporte narrativo, la innovación sería estética. “Más que aportar nuevos modelos narrativos pienso que puede aportar nuevas estéticas, donde sí veo una posibilidad enorme es en contar historias a través del celular”, puntualiza Pablo Camargo.
Huidobro piensa que todo es especulativo y que a lo que sí le ve futuro es a los formatos inmersivos y a la realidad aumentada.
“Si los formatos verticales tienen la misma capacidad de adaptación que los otros formatos: la realidad aumentada, la inmersión, el cine horizontal, entonces sí. Yo sí pago por ver.
“Si nada más están replicando los modelos narrativos, de montaje y estéticos del cine tradicional o de la televisión o del documental que ya conocemos, pues creo que sería poco innovador solo voltear la pantallita. Creo que ahí no habría ninguna innovación”, zanja Huidobro.
Para el crítico de cine e investigador Arturo Aguilar, el formato vertical podría quedarse para convivir con otros formatos.
“Le daría más herramientas. Sería agregarle nuevas palabras al lenguaje. Enriquecerlo”, concluye Aguilar.