El presidente brasileño, Jair Bolsonaro y su hijo senador, Flavio Bolsonaro, promovieron en sus redes sociales acciones y mensajes que atacan las medidas de confinamiento impuestas en algunos estados del país como medida para contener el avance del virus.
Brasil es el país de la región de América Latina con el mayor número de contagios con 3,417, de acuerdo con el conteo de la Universidad Johns Hopkins. Sin embargo, el jefe de Estado divulgó la noche del jueves un video de una caravana de vehículos celebrando la reapertura de comercios y escuelas en un balneario en Santa Catarina (sur).
“El pueblo quiere trabajar”, escribió el presidente debajo del video.
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Su hijo Flavio distribuyó en Facebook un video que termina firmado por el gobierno federal y que lleva por eslogan central “Brasil no puede parar”.
Sin embargo, la Secretaría de Comunicación de la Presidencia dijo en un comunicado que el video fue producido “en carácter experimental” y que no llegó a ser aprobado por el gobierno ni divulgado por los canales oficiales.
El miércoles, 26 de los 27 gobernadores de Brasil se pronunciaron a favor de medidas de aislamiento social.
Bolsonaro, que tilda de “gripecita” al COVID-19, dice que las cuarentenas pueden provocar un “caos” social con “saqueos de supermercados” y representan una amenaza para la “normalidad democrática”.
Cuestiona cifras
Este viernes, el mandatario cuestionó los datos de muertos por coronavirus en el estado de Sao Paulo, con cuyo gobernador mantiene un duro enfrentamiento por su gestión de la pandemia.
“En Rio de Janeiro, hasta los datos de ayer [jueves] había nueve muertos, y 58 en Sao Paulo. Sé que hay una diferencia de población, pero es una cifra muy grande para Sao Paulo. No puede haber un juego de números para favorecer intereses políticos. No me creo esos números de Sao Paulo, sobre todo por las medidas que él [el gobernador Joao Doria] tomó”, declaró Bolsonaro en una entrevista telefónica en el canal Band TV.
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Doria, del ala conservadora del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y antiguo aliado de Bolsonaro, se ha erigido en una figura de referencia por su gestión de la crisis en Sao Paulo, que hasta el viernes registró 68 muertos por COVID-19.
El gobernador impuso en el estado más rico y poblado del país (45,9 millones de habitantes y un tercio del PIB) una cuarentena que determina el cierre de restaurantes, cafés y bares y otros servicios no esenciales.
“Sao Paulo no va por el buen camino, la población ya entendió que él [Doria] exageró en la dosis, espero que se tome un comprimido de humildad”, declaró Bolsonaro.
Horas antes, Doria criticó la postura de Bolsonaro frente a la pandemia. “Casi la mitad de la población está en casa. El mundo entero está en casa ¿y el único que tiene razón es el presidente Jair Bolsonaro? Reflexionen sobre eso”, declaró.
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En esa tensión entre medidas de prevención y actividad económica, Bolsonaro asistió el viernes al lanzamiento por el Banco Central de Brasil de una línea de crédito de emergencia de 40,000 millones de reales (USD 8.000 millones) para que las pequeñas y medianas empresas puedan pagar salarios durante dos meses.
La Cámara de Diputados aprobó por su lado la noche del jueves un proyecto de distribución de ingresos por tres meses para trabajadores informales que oscilará entre 600 y 1.200 reales ( 120 dólares y 240). El texto debe ser discutido ahora por el Senado.
Con información de AFP