Unas 3,000 personas han salido este sábado a las calles de la ciudad alemana de Hanau, en una marcha contra el odio y a favor de los Derechos Humanos tras la matanza racista de esta semana.
Los organizadores esperaban 2,000 participantes para la manifestación desde la Freiheitsplatz, la Plaza de la Libertad, en el centro de la ciudad donde un alemán de 43 años mató a tiros a nueve personas el pasado miércoles, así como a su propia madre, antes de quitarse la vida.
Desde entonces se ha revelado que el autor tenía una personalidad profundamente racista y estaba mentalmente enfermo, una circunstancia esta última que el gobierno alemán no ha visto como atenuante a la hora de describir el ataque como un acto terrorista de ultraderecha.
El político verde Cem Ozdemir protagonizó un momento emotivo al depositar una corona de flores para las víctimas. “Espero este año pase a la historia como el año en que la república [alemana] se tomó en serio la lucha contra el radicalismo de derecha”.
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Aumento de seguridad
El gobierno alemán, aún conmocionado por el atentado y presionado para impedir nuevos dramas, anunció el viernes un aumento de la vigilancia policial en lugares sensibles para enfrentar la “muy alta” amenaza de la extrema derecha.
El país ha sufrido tres atentados racistas y antisemitas en nueve meses, desde el asesinato de un representante electo proinmigrantes a la matanza de Hanau, pasando por el ataque contra la sinagoga de Halle en plena festividad del Yom Kipur en octubre pasado.
Por ello, el gobierno anunció que la seguridad se reforzará particularmente en las inmediaciones de mezquitas, aeropuertos y fronteras.
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El gobierno de Angela Merkel ya había endurecido sus leyes y la seguridad en los últimos meses, en especial imponiendo a las redes sociales que señalen los contenidos de odio o protegiendo mejor a los representantes electos y activistas.
Pero no logra frenar las amenazas, especialmente la que representan individuos solitarios, desconocidos para la policía y armados legalmente, y que actúan repentinamente, como el presunto atacante de Hanau.
Estos “lobos solitarios”, que se radicalizan en internet, son “bombas de relojería que debemos combatir con todos los medios que el Estado constitucional nos ofrece”, dijo la ministra de Justicia, Christine Lambrecht.
Con información de Europa Press y AFP.