Dos días después de las elecciones legislativas que impulsaron a la extrema derecha, el presidente y líder socialista Pedro Sánchez alcanzó un acuerdo con la izquierda radical del partido Unidas Podemos para formar un gobierno de coalición en España, pero que para concretarse necesitará del apoyo de otras fuerzas.
La inesperada firma del acuerdo se selló con un abrazo entre Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, protagonistas en el pasado de serias desavenencias.
“Este nuevo gobierno va a ser un gobierno rotundamente progresista”, pensado para durar los cuatro años de la legislatura, porque “España necesita un gobierno estable (…) y lo necesita ya”, indicó Sánchez tras rubricar el documento en una ceremonia en el Parlamento.
Dicho “gobierno de coalición progresista” combinará “la experiencia del Partido Socialista con la valentía de Podemos”, y será “la mejor vacuna contra la extrema derecha”, señaló de su lado Iglesias, quien estrechó sonriente la mano de Sánchez.
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Tras las legislativas del domingo que dejaron un Parlamento muy fragmentado, el acuerdo se antojó inesperado, sobre todo teniendo en cuenta que los socialistas y Podemos fracasaron en lograr algo similar tras los anteriores comicios, en abril.
En ese momento, Sánchez llegó a poner un veto a la presencia de Iglesias en el Ejecutivo y dijo posteriormente que de haber entrado Podemos en el gobierno sería un presidente “que no dormiría por la noche, junto con el 95% de los ciudadanos de este país”.
El nuevo acuerdo “es tan ilusionante que supera cualquier tipo de desencuentro que pudimos tener”, zanjó Sánchez este martes.
La estructura exacta del gobierno será anunciada en las próximas semanas.
El nuevo Gobierno será rotundamente progresista. Estará integrado por fuerzas progresistas y basado en la cohesión, la lealtad, la solidaridad gubernamental y la voluntad de aprovechar los perfiles más idóneos para trabajar por el progreso de España y de toda la ciudadanía. pic.twitter.com/pJIfQldtsy
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) November 12, 2019
El efecto Vox
“La pregunta es: ¿Por qué han sido capaces de hacer en dos horas lo que no han conseguido en meses? La respuesta es el auge de Vox y porque no había otra alternativa”, señaló Cristina Monge, politóloga de la Universidad de Zaragoza..
La extrema derecha de Vox, un partido ultranacionalista, se convirtió el domingo en la tercera fuerza en el Parlamento.
Ese hecho, a juicio de los analistas, cerró la puerta a que los conservadores del Partido Popular dejaran gobernar en solitario a Sánchez, por el riesgo de que Vox se erigiera como la única oposición de derecha.
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Los socialistas, que ganaron las elecciones del domingo aunque más debilitados, tienen 120 diputados. Junto a los 35 de Podemos suman 155, lejos todavía de la mayoría absoluta de 176 escaños en la cámara, que cuenta con 350.
De allí que ambas formaciones se verán obligadas a negociar el apoyo de otros partidos para lograr una investidura.
La preferencia de los socialistas es el respaldo de los liberales de Ciudadanos, que fueron barridos el domingo cayendo a 10 diputados de 57 alcanzados en abril provocando la renuncia de su jefe Albert Rivera, y de varios otros pequeños partidos.
El objetivo principal es no depender de los independentistas de Cataluña, que cuentan con 23 sillas, cuando dicha región ha sufrido en los últimas semanas protestas, en algunos casos violentas, en repudio a la condena a cárcel contra líderes separatistas por la tentativa de secesión de 2017.
Estos, además, se oponen por ahora a ayudar a Sánchez que ha endurecido el discurso contra su movimiento.