Tenía 14 años cuando tocó una batería por primera vez. El tamaño, brillo de los platos y el sonido la atrajo desde el primer momento. Hoy, con más de una década de experiencia, Alis Emerson es una baterista que ha participado en proyectos de artistas internacionales, como en la gira de Magneto-Mercurio y Kabah, y lleva siete años con la banda de rock mexicana Ruido Rosa.
Un amigo la llevó a conocer a la banda, que en ese entonces y por casualidad se encontraba sin baterista. Envió su currículum audición con una lista de canciones y de inmediato se convirtió en parte de la banda que el próximo 7 de diciembre se presentará en el festival Catrina 2019, en Puebla.
Sin embargo, no se ha detenido solo con una banda, Alis también se abre camino de manera independiente, lo que le dio la oportunidad de hacer el MTV Unplugged con Kinky. Además, tiene su propia banda llamada Secret Agent.
En entrevista con Newsweek México, Alis asegura que vivir de la música sí es posible: “Creo que las cosas empiezan a suceder al mismo nivel que en otra carrera. Lo más chido es que puedes ser versátil, la música es tan universal que puedes hacer esto en cualquier parte del mundo, aunque no hables el idioma”.
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—¿Ha sido complicado formar una banda solo de mujeres?
—En mi experiencia, ser mujer son puntos a favor. Yo nunca lo he visto como una limitación. Sí se me han acercado chicos a hacer malos comentarios, pero me enfoco en los buenos. Creo que un plus en mi carrera es que soy mujer y que he demostrado que lo puedo hacer.
“Para mí no ha representado una traba. La banda [Ruido Rosa] tiene este brillo porque lo hace bien, y creo que es lo más importante en todo lo que hagas, hacerlo bien. Que se demuestre que uno brilla no por ser mujer, sino porque lo hace bien”.
—¿Faltan más mujeres en la batería y en la escena del rock en México?
—Cada vez hay más, pero siempre faltan. Probablemente hay chicas que no se animan porque creen que va a ser difícil o porque no se puede, pero creo que, si alguna está en este punto, se puede motivar y lo puede realizar en algún momento.
—¿Ustedes tienen algún mensaje para las mujeres en el rock?
—Nunca hemos llevado una bandera de feminismo, pero llega un momento en la que te das cuenta de que eres una banda visible porque todas somos chicas y uno trata de llevar el ejemplo de que estamos viviendo de la música, de que es posible, de que seguimos allí.
“Yo creo que el mejor mensaje es hacerlo y demostrar al mundo que la música es universal, no importa el género, simplemente es cuestión artística”.
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—¿Le entran a la agenda feminista?
—Nos unimos a las causas. Yo tengo la idea de que apoyo todo lo que esté mal ante una injusticia por género. Pero no es que nos pongamos una playera feminista, más bien, queremos y buscamos lo que todo el mundo busca, que es justicia y que las cosas sean siempre limpias.
“Yo tengo la idea de que todos somos iguales, en realidad es estar contra cualquier tipo de discriminación e intolerancia”.
—¿Para quién es la música de Ruido Rosa?
—Es música para nosotras —contesta entre risas—. Creo que es una expresión artística, es un medio por el cual cada una expresa lo que siente en su instrumento, la magia aquí es que a la gente le transmita algo. Se escribe como al sentir de nosotros, sincero.
—¿De dónde sale el poder de tus baquetas para hacer música?
—Creo que mi personalidad es así, muy explosiva, por eso me identifico con la batería. Antes de ser músico fui deportista y siempre practiqué deportes de contacto y disciplinas de artes marciales. El instrumento por ahí me pegó, siento que es un deporte y una manera de sacar mis emociones. Me encuentro muy bien expresándome con el instrumento.