Camboya anunció este miércoles la devolución de 1,600 toneladas de desechos plásticos hacia Estados Unidos y Canadá, último episodio de la rebelión de los llamados países asiáticos “busurero” contra las potencias occidentales.
“Camboya no es un basurero”, expresó Neth Pheaktra, portavoz del ministerio del Ambiente. “Las autoridades están verificando los procedimientos para devolver estos productos al lugar de donde vienen”, agregó.
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Los desechos fueron descubiertos el martes durante una operación de control de contenedores sobre el puerto de Sihanoukville, en el sur del país.
De un total de 83 contenedores con 1,600 toneladas de basura, 70 provenían de Estados Unidos y 13 del Canadá.
Malasia anunció en mayo que devolvería a sus países de origen cientos de toneladas de desechos plásticos y aseguró que ya no quería servir vertedero para el mundo entero.
Y en junio, fue devuelto un buque que transportaba toneladas de basura canadiense almacenados durante años en Filipinas.
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Cada año se producen unas 300 millones de toneladas de plástico, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). Y la mayoría termina en vertederos o en el océano, lo que genera una contaminación que la comunidad internacional es actualmente incapaz de manejar.
China aceptó durante mucho tiempo los desechos plásticos del mundo, pero dejó de hacerlo repentinamente el año pasado. Varios países del sudeste asiático que habían ocupado la vacante que dejó Pekín están ahora renunciando.