A partir de marzo, ciudadanos chinos que tengan un bajo rango de “crédito social” –generado por infracciones y deudas– no podrán abordar aviones o trenes hasta por un año, informaron autoridades del país.
China pretende que con este sistema de “crédito social” se eviten faltas como difundir información falsa sobre el terrorismo y causar problemas en los vuelos, usar boletos caducos, fumar en los trenes o cometer infracciones financieras, como no pagar multas, reportó Reuters citando a la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma.
De acuerdo con la agencia, estas medidas aplican a partir del 1 de marzo y están en concordancia con el plan del presidente Xi Jinping de construir un sistema de crédito social basado en el principio de “si alguna vez no fue confiable, siempre estará restringido”.
El llamado sistema de crédito social, explica The Verge, es utilizado por el gobierno de China para calificar a los ciudadanos basado en cosas como comportamiento criminal e infracciones, pero también en lo que compran, dicen y hacen y pretende implementar una versión completa para 2020.
Esta medida ha sido comparada con un capítulo de Black Mirror, serie británica creada por Charlie Brooker. En “Caída en Picada” la protagonista vive en un mundo distópico en el que la calificación social marca todos los aspectos de la vida de las personas, incluidos los viajes.
Maya Wang, investigadora de Human Right’s Watch en China alertó en diciembre que este sistema “no es un puntaje de crédito anodino” pues “el gobierno intenta fabricar una sociedad libre de problemas. Aquellos con puntajes bajos enfrentarán obstáculos en todo, desde conseguir empleos en el gobierno hasta colocar a sus hijos en las escuelas deseadas.
“Todavía no está claro exactamente quién ejecutará el sistema, si o cómo se pueden disputar los puntajes, o incluso si el sistema es legal”, escribió Wang en un artículo para The Wall Street Journal.