El gobierno de Estados Unidos anunció que este martes comenzó a devolver a México a migrantes que cruzaron su frontera sur para pedirle asilo, una estrategia del presidente Donald Trump para obligarles a esperar fuera de su territorio su cita con un juez estadounidense, mientras que se militariza la frontera.
“A partir de hoy, los Estados Unidos comenzaron a implementar los Protocolos de Protección a Migrantes”, indica un comunicado de la embajada de Washington en México, por lo cual “algunos individuos que llegaron o entraron a los Estados Unidos por México -de manera ilegal o sin la documentación adecuada- podrán ser retornados a México durante la duración de sus juicios migratorios”.
México dijo en días pasados que “no coincide con la medida unilateral”, pero accedió “por razones humanitarias y de manera temporal” a recibir a los extranjeros que expulse Estados Unidos, siempre que “hayan recibido un citatorio para presentarse ante un juez migratorio”.
Carlos Gómez Perdomo, quien formó parte de la caravana migrante del año pasado, fue el primer retornado de Estados Unidos a Tijuana.
El gobierno mexicano informó que se le otorgó su tarjeta de visitante por razones humanitarias, la cual le fue otorgada con fecha de vencimiento al 25 de noviembre de 2019.
“Muchos potenciales migrantes saben que solicitar asilo les da una oportunidad de permanecer en los Estados Unidos incluso si no tienen un argumento válido para el asilo. La mayoría de estos argumentos no cumplen con los requisitos necesarios. De hecho, nueve de cada diez solicitudes de asilo son rechazadas por un juez migratorio”, explicó la sede diplomática.
Así, los migrantes que entren a Estados Unidos serán procesados por autoridades migratorias, se les dará una notificación para presentarse a una audiencia en una corte migratoria, y regresarán a México durante el tiempo que dure el proceso.
Aquellos cuyos argumentos sean determinados como válidos por jueces estadounidenses recibirán estatus de asilo y podrán permanecer en Estados Unidos, y los que carezcan de argumentos válidos serán repatriados a sus países de origen.
Hasta ahora, los solicitantes de asilo podían esperar su audiencia estando en libertad en Estados Unidos, y muchos de ellos se esfumaban en el país sin atender la cita.
Paralelamente, el secretario de Defensa interino, Patrick Shanahan, dijo que se enviarán “varios miles” de efectivos más a la frontera con México.
Actualmente hay 2,350 militares trabajando a lo largo de la frontera, donde ayudan a los agentes de la patrulla fronteriza con apoyo logístico e instalando una valla de alambre de púas.
Las tropas fueron desplegadas a pedido del presidente Donald Trump antes de las elecciones de medio mandato de noviembre, cuando las caravanas con migrantes centroamericanos se acercaban a la frontera para buscar asilo en Estados Unidos y huir así de la violencia y la pobreza en sus países.
El Departamento de Seguridad Interior pidió ayuda para levantar la valla de alambre y para ampliar “la vigilancia”, explicó Shanahan en una conferencia de prensa en el Pentágono.
Con información de AFP