Un archivo recientemente desclasificado del Proyecto MKUltra de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) no se trata de darle a las personas dosis de LSD sin su consentimiento; más bien, se trata de nutrias. El documento nuevo resalta por su falta (relativa) de matices siniestros en comparación con las revelaciones previas de los experimentos de control mental de la CIA. Su título: “Un Expediente sobre Lutra (La Nutria)”.
El archivo se obtuvo a través de una solicitud acorde con la Ley de Libertad de Información (FOIA) de Estados Unidos presentada por John Greenewald, fundador de The Black Vault, un sitio especializado en desclasificar registros del gobierno.
Escrito de forma similar al informe de un niño sobre su animal favorito, el expediente de la nutria de la CIA empieza con un resumen, tal vez la aprobación más sonora que las nutrias posiblemente reciban de los humanos.
“Lutra, la nutria, es un animal compacto, poderoso e inteligente capaz de salvar tierra, agua y obstáculos con gran facilidad. Lutra puede sobrevivir en ambientes hostiles como estar bajo hielo, en aguas cálidas, en mares embravecidos e incluso en ambientes urbanos. Capaz de ser entranada con facilidad y de volverse afecta a los humanos, lo cual a veces lleva a su destrucción. Puede hallar su propio alimento y puede hacer largas travesías de manera rutinaria”.
“Un Expediente sobre Lutra” está dividido en categorías como “¿Qué es una nutria?”, “Locomoción” y “Cosas misceláneas que hacer y no hacer”.
En ocasiones, el autor no especificado del informe apenas puede ocultar su simpatía obvia por los mamíferos semiacuáticos, como en la sección sobre los hábitos de sueño de las nutrias. “Usualmente, duerme sobre su lomo con los ‘brazos’ contraídos. Le gusta dormir con humanos”, se lee en el informe.
“De ser posible, nunca confines (o dejes en un zoológico o una perrera) a una nutria que ha disfrutado de alguna compañía humana o de la libertad”, se lee en otra sección del expediente, advirtiendo a los adiestradores de nutrias: “No entres en pánico cuando el animal esté en aguas embravecidas, olas montañosas o bajo hielo”.
Aun cuando lo primero que llama la atención de “Un Expediente sobre Lutra (La Nutria)” es su aparente falta de aplicación práctica, algunas pistas señalan posibles motivos para que la CIA crease un expediente clasificado sobre las nutrias. Aun cuando principalmente es una reseña de la biología de las nutrias, incluida la taxonomía, fisiología y ciclo de vida, hay indicios de que el documento está pensado como un manual básico para proyectos de la CIA que involucran nutrias en cautiverio, incluidos los costos asociados: “Costo básico del animal es moderado ($75-$250 dólares) al igual que su mantenimiento”.
Otras descripciones en “Un Expediente sobre Lutra” sugieren que la CIA consideró seriamente la posibilidad de desplegar nutrias en el terreno, señalando que su habilidad para entrar y salir con facilidad de los botes antes de listar cierto número de habilidades: “Pueden abrir cierres, subir escaleras, roer planchas de zinc, abrir llaves de agua, cargar piedras y canicas… lanzar objetos con la cabeza (con el hocico), sostener objetos resbaladizos”.
Pero la transportación resultó ser peliaguda. “Transportar nutrias es excepcionalmente difícil. El animal resiente los lugares restringidos y luchará y se lastimará hasta destruirse para escapar”, dice el informe, a la par que señala: “sin importar cuán brutal pueda ser el transporte (y otras maneras en que el hombre le provoca dolor a la nutria), nunca parece resentir este trato”. La invención de un arnés especial para nutrias resolvía parcialmente el problema de la transportación.
Incluso hay una sección sobre cómo criar cachorros de nutria, incluido cómo controlar la diarrea y entrenarlas para pasar una noche sin alimento (“igual que con un bebé humano”).
Aun cuando la aplicación práctica de “Un Expediente Sobre Lutra (La Nutria)” no está clara, fue revelado junto con decenas de documentos relacionados con la experimentación en animales, incluida la historia impactante de seis perros a control remoto que la CIA creó usando cirugía cerebral. Otro archivo desclasificado resume la condición de “Programas de Animales” en 1967, incluido el desarrollo de “sistemas de animales que podrían llevar a cabo cierta cantidad de útiles [ELIMINADO]”.
Como el programa ilegal de la CIA de experimentación humana destinado a controlar la mente humana, el Proyecto MKUltra oficialmente transcurrió de 1953 a 1973, cuando Richard Helms, director de la CIA, ordenó la destrucción de todos los archivos del MKUltra, obscureciendo por siempre un entendimiento total del uso de nutrias por parte de la CIA en la experimentación. Durante el proyecto MKUltra, se administraron drogas a miles de personas sin su consentimiento en Estados Unidos y Canadá, incluidas anfetaminas, salvia, pentotal sódico, escopolamina, psilocibina y LSD. A través de hospitales y universidades, la CIA patrocinó más experimentos en que se aplicasen la privación sensorial y el abuso psicológico y sexual.
Pero aun cuando el documento sobre las nutrias de la CIA parece incongruente con la mayoría de las metas de MKUltra, sí encaja con revelaciones anteriores, como la publicación en 1980 de documentos relacionados con “un programa para entrenar nutrias, focas, gatos y perros para que llevasen explosivos o micrófonos a lugares donde no podía llegar la gente”, descritos por el periódico británico The Daily Telegraph. “La nutria fue considerada la mejor porque se mueve en tierra y agua”.
En respuesta, The Washington Star propuso otra aplicación en broma para el espionaje con nutrias, combinando el programa de la CIA con el dictamen en 1980 de la Suprema Corte en Diamond v. Chakrabarty, el primero en permitir patentes de organismos modificados genéticamente. “Todo esto tiene una gran promesa estratégica para el mundo libre”, escribió el columnista Rod MacLeish. “Por ejemplo, podríamos cruzar una nutria con una ojiva nuclear y patentar el resultado para que los israelíes no nos lo puedan robar. La nutria entonces se sumergiría en la alberca de Brezhnev, aurodestruyéndose, y ganamos”.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek