El juicio de Joaquín “el Chapo” Guzmán se encuentra en un receso por el Día de Acción de Gracias que se celebra en Estados Unidos, luego de una intensa semana de declaraciones de los testigos de la fiscalía.
Jesús “el Rey” Zambada, testigo del gobierno estadounidense y hermano de Ismael “Mayo” Zambada, ha dicho que Guzmán era el principal líder del cártel de Sinaloa, que tenía comprados a altos mandos gubernamentales, policías y militares, y que ordenó asesinatos.
Además de las declaraciones, el juicio estuvo marcado por los siguientes casos:
JGL: La pistola con diamantes
Durante el juicio, la fiscalía mostró al jurado una foto de la pistola Super calibre .38 que tiene diamantes incrustados que rodean las iniciales de Joaquín Guzmán Loera.
La periodista Alejandra Ibarra, quien ha cubierto el proceso para el portal Ríodoce, cuenta que Jesús “el Rey” Zambada dijo que el Chapo solía ir armado con AK47, R15 y que incluso alguna vez lo vio armado con una bazuca.
El fiscal Adam Fels había asegurado que, además de la pistola, era propietario de un AK-47 bañado en oro y que “tenía su propio ejército privado de cientos de hombres armados con rifles de asalto en las montañas de Sinaloa”.
Malverde, presente en el juicio
Una estatuilla de Jesús Malverde, el llamado “santo del narcotráfico” y que robaba para ayudar a los pobres, fue visto en uno de los cuartos donde se reúne la defensa del Chapo.
“Es la sala de los abogados y no sé si vaya a ser utilizada como evidencia. No es que esté ahí puesta como estandarte”, detalló Ibarra.
100% true! Saw it as well. Twice. https://t.co/fIEMA6kpAt
— Alejandra Ibarra Chaoul (@luoach) 21 de noviembre de 2018
Los saludos a Emma Coronel
La esposa del capo, Emma Coronel, ha asistido a casi todas las audiencias en Nueva York y se sienta entre el público. De acuerdo con Laura Bonilla de la AFP, el primer día del juicio el Chapo tiró un beso a Coronel.
Ibarra explica que el Chapo “llega todos los días y entrando lo primero que hace es voltear a verla. Él entra a la sala, primero le levanta la mano para saludarla y después saluda a su equipo legal de mano”.
En la mesa, cuenta, la ha volteado a ver en algunas ocasiones, le hizo una seña con el pulgar arriba y pudo percibir un gesto con los labios.
El abrazo negado
Previo al juicio, la defensora Mariel Colón Mirón escribió al juez Brian Cogan que el Chapo quería dar a su esposa “un saludo breve y momentáneo que incluya quizás un abrazo”. El juez, negó su pedido y argumentó que las restricciones ya impuestas tienen como objetivo “impedir que el acusado coordine cualquier escape de la prisión o dirija un ataque contra personas que puedan estar cooperando con el gobierno”.
El Chapo, extraditado a Estados Unidos hace casi dos años, está recluido en casi total aislamiento y no se le permite recibir visitas de Coronel. Solo es visitado por sus abogados en la cárcel de Manhattan donde está 23 horas al día, así como por sus hijas mellizas de siete años, pero todo a través de una mampara de vidrio.
Un jurado “fan”
El jurado que decidirá la suerte del Chapo se conforma por 12 titulares y seis suplentes, entre los cuales hay oficiales de la ley o guardias carcelarios y tres hablan español. Sin embargo, durante el proceso de selección, un hombre fue descartado porque un fiscal del gobierno lo acusó de estar “enamorado” del Chapo porque preguntó si era posible conseguir un autógrafo.
“¿Por qué pidió un autógrafo del acusado?”, le preguntó el juez. “Porque soy un poco su fan”, respondió el hombre, que fue entonces eliminado de la lista de potenciales jurados.
La AFP reportó que la mayoría de los seleccionados han visto la serie “Narcos” en Netflix sobre el fallecido capo colombiano Pablo Escobar o la serie sobre El Chapo producida por Netflix y Univisión.
El despliegue de seguridad
El Chapo se fugó dos veces de prisiones en México, y el gobierno estadounidense implementó extraordinarias medidas de seguridad para el juicio –evitar que hable con socios o intimide testigos–, que se suman al aislamiento casi total del capo.
Los 12 jurados que participan en el caso permanecerán en el anonimato. Además, todos ellos, los fiscales y el juez, son escoltados hacia y desde el juzgado cada día por los Alguaciles de los Estados Unidos.
Las medidas de seguridad aplican también para el público y la prensa, relata la periodista Alejandra Ibarra. Dice que tuvo que obtener un permiso especial de la corte de distrito de Nueva York, pero hay que formarse para poder ingresar.
“La gente que entra a la sala principal son los que llegan más temprano, y hay quienes llegan a las 3 de la mañana. Hasta las 7:00, cuando abren las puertas del edificio y pasamos por un primer detector de metales. Después subimos a un octavo piso hasta las 8:30, ahí hay un segundo detector de metales, y entramos a la sala, donde esperamos a que inicie el juicio a las 9:30”.
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Con información de Alejandra Ibarra para Ríodoce y AFP