En lo que va del año, la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa) ha clausurado 11 ladrilleras por no contar con la documentación y permisos necesarios para su funcionamiento.
De acuerdo con su titular, Ofelia Castillo Díaz, el principal problema en estos lugares es que no actualizan permisos para la quema de materia prima ni comprobantes que indiquen que los recursos utilizados estén permitidos, puesto que muchas veces utilizan plástico y otros desechos que afectan enormemente al medio ambiente.
Agregó que tienen contabilizadas 280 ladrilleras funcionando en el estado, y que a pesar de realizar brigadas de vigilancia dos veces por semana, es complicado darle seguimiento debido a que no se quedan en un punto fijo.
“Son itinerantes, no son fijas, así como tú las ves aquí por un momento, las clausuramos, atienden la denuncia, buscan un predio y se mueven hacia otro lado, nosotros hacemos jueves y viernes operativos en búsqueda de ladrilleras que cuenten los permisos correspondientes, en el caso de ladrilleras sí se atienden inmediatamente”, declaró.
Las sanciones que se han aplicado van desde los 7 mil hasta los 15 mil pesos, sin embargo, de acuerdo a la ley podrían existir multas hasta por un millón y medio de pesos.
Hoy por la mañana se llevó a cabo la clausura temporal de nueve de ellas en el municipio de Rincón de Romos, mismas que fueron denunciadas a la Proespa por las propias autoridades municipales.
Al arribar a una de ellas, uno de los encargados reconoció que la última vez que solicitaron los permisos debidos fue en el año 2015.
Al respecto, los dueños de estos lugares tendrán desde 3 a 6 meses aproximadamente para poder comprobar que sus papeles están en orden, en el caso de que no tener la evidencia necesaria, se hará una clausura permanente.
Finalmente, Castillo Díaz agregó que existen más ladrilleras denuncias ante la Proespa, por lo que si sus inspecciones indican que no trabajan de forma legal, habría más clausuras en poco tiempo.
Otras de las clausuras que la Proespa ha realizado en el 2018, son a ocho bancos de materiales, dos chatarreras, un centro de verificación y una concretera.