Black Lives Matter cumple cinco años y la activista Patrisse Khan-Cullors reflexiona sobre el pasado y el futuro del movimiento político que ella nombró y que realiza campañas contra la violencia hacia las personas negras en el mundo.
EN 2013, un movimiento suscitó una conversación nacional en Estados Unidos y exigió un lugar en la escena mundial. En los años que han pasado, “Black Lives Matter” (BLM, las vidas de los negros importan), una frase que Patrisse Khan-Cullors, de 34 años, usó primero como un hashtag en respuesta a la exoneración en julio de 2013 a George Zimmerman por dispararle a Trayvon Martin, ha movilizado a incontables personas en la lucha para acabar con la injusticia racial y la violencia en contra de comunidades negras en Estados Unidos y todo el mundo.
Newsweek habló con Khan-Cullors sobre los logros de BLM y los retos que persisten.
—¿Qué ha logrado BLM?
—Culturalmente, hemos cambiado todo nuestro entendimiento de la negritud y la antinegritud. Hemos creado espacios para hablar de la violencia de género contra mujeres negras, sobre las mujeres trans negras y la comunidad gay. Hemos creado una red mundial exitosa, con secciones fuertes que encabezan la lucha para acabar con la violencia policiaca. Hemos visto grupos en todo el país enfrentarse a las legislaciones y las políticas a través de sus gobiernos locales, a través de sus departamentos locales de policía, desde D. C. hasta Chicago y Los Ángeles. Y hemos estado en la vanguardia apoyando familias que nunca recibieron apoyo anteriormente y creamos un ambiente para que las víctimas de la violencia policiaca tuvieran una voz.
—El título de tu libro en la lista de The New York Times de grandes ventas, When They Call You a Terrorist: A Black Lives Matter Memoir (Cuando te llaman terrorista: memorias de Black Lives Matter — traducción no oficial del título—), es una referencia a los críticos que equiparan a BLM con el terrorismo. Eso debió ser impactante.
—Fue perturbador, desafortunado, inaceptable, vergonzoso, y también típico. Somos parte de un legado de luchadores por la libertad, y parte de ese legado es ser socavado por tu gobierno.
—En comparación, una campaña como Marchemos por Nuestras Vidas ha recibido el apoyo abrumador de los medios de comunicación y el público. ¿Usted ve una división racial en la cobertura a BLM?
—He dicho esto muchas veces, pero las personas negras nunca llegan a ser víctimas. Me complace que los jóvenes de Marchemos por Nuestras Vidas sean aplaudidos y apoyados. También fue increíblemente doloroso que no se nos diera la misma cantidad de apoyo cuando empezamos Black Lives Matter.
—El movimiento BLM empezó antes de la presidencia de Donald Trump. Eso ciertamente afectó los derechos civiles.
—Gravemente. Esta es una persona que no siente compasión por las comunidades más marginadas. Nuestra resistencia a Trump es una resistencia al gobierno de Estados Unidos más amplio que ha continuado socavando a las comunidades. Su administración le ha quitado fondos a instalaciones para personas con enfermedades mentales, y personas vulnerables terminan en la cárcel. Él va a alterar la condición del empleo —o de la falta de empleo— y las políticas referentes al cuerpo de las mujeres. Va a impactar en la política inmigratoria.
“Pero también creó un nuevo camino para que nosotros luchemos. Estamos construyendo por encima de la raza, el género y la clase justo ahora. Este es un momento en el que todos nuestros movimientos deberían unirse en contra de una de las amenazas más grandes a nuestra democracia”.
—¿Siente remordimientos por oponerse a Hillary Clinton en 2016?
—Black Lives Matter se oponía a un Partido Demócrata vendido a las corporaciones y dedicado a dañar a la gente negra. Nos impresiona que haya tantísimos funcionarios electos y candidatos actuales que no permiten que la codicia corporativa les dicte sus posturas.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek
“Somos parte de un legado de luchadores por la libertad, y parte de ese legado es ser socavado por tu gobierno”.