Las lluvias parecen haber terminado en Japón, pero el número de muertos continúa en aumento. El lunes, los socorristas continuaron la búsqueda de desaparecidos en zonas cubiertas de barro y escombros en la isla, donde murieron al menos 124 personas, según la cadena estatal NHK.
Según el último balance del medio, hay otras dos personas sin signos vitales, 60 continúan desaparecidas y 10,000 han sido evacuadas en 12 prefecturas, mientras equipos de rescate continúan removiendo las ruinas con palas y excavadoras.
“Estamos retirando los escombros donde podemos. También retiramos casas destruidas, si no, es imposible llegar hasta los posibles supervivientes atrapados debajo”, explicó un militar a la AFP.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anuló su gira por Bélgica, Francia, Arabia Saudita y Egipto debido a la gravedad de la situación que, de acuerdo con la agencia Reuters, es la peor inundación en el país desde 1983.
Las precipitaciones entre el viernes y el domingo alcanzaron niveles récord en 93 puntos de observación de 14 prefecturas.
En el terreno se desplegaron unos 54,000 bomberos, policías y militares de las Fuerzas de Autodefensa –el nombre de la policía–, “esforzándose al máximo para salvar vidas”, de acuerdo con Abe.
Hasta cinco millones de personas recibieron órdenes de evacuación, pero la consigna no era obligatoria y en algunas ocasiones, cuando el agua subía muy deprisa, podía resultar más arriesgado intentar salir que refugiarse en una azotea.
Algunas fábricas (como las de Panasonic, Mitsubishi Motors y Mazda) tuvieron que detener su producción en la región, al igual que servicios como Amazon.