Un aumento repentino y fuerte del viento (turbonada), causaron el desplazamiento de un buque tanque de Petróleos Mexicanos (Pemex) que se encontraba en el amarradero 9-Este de la Terminal Marítima de Salina Cruz, lo que dañó la tubería que surte combustibles a las embarcaciones de carga.
Lo anterior, provocó un derrame de hidrocarburo que contenían las líneas, por lo que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) solicitará informe de “causa raíz” a la empresa para determinar lo ocurrido y establecer previsiones para que no vuelva a ocurrir.
Mientras tanto, Pemex, indicó que los hechos ocurrieron la madrugada del 2 de julio, y debido a que la operación de carga se encontraba suspendida, no se vertió gran cantidad de hidrocarburo en el mar.
“De forma inmediata personal colocó barreras contenedoras y cordones oleofílicos para la recuperación de la iridiscencia, tal y como lo indica el plan de respuesta a contingencias de Petróleos Mexicanos, con el objeto de disminuir el riesgo de propagación”, aseguró la compañía en un comunicado.
También, detalló que autoridades ambientales de la Secretaría de Marina de Salina Cruz, hicieron acto de presencia en la instalación para realizar el muestreo correspondiente, confirmando la presencia únicamente de una porción menor de iridiscencia en el mar.
“Los trabajos de contención, limpieza y recuperación de la iridiscencia en el mar culminaron el día lunes por la tarde, descartando la presencia de esta en las costas del municipio de Salina Cruz.
La Refinería ha sufrido en el último año diversos accidentes, entre los más graves, el incendio ocurrido el pasado 14 de junio de 2017, atribuido a la inundación que provocaron las intensas lluvias de la tormenta tropical Calvin.
La conflagración registrada en la casa de bombas del área de almacenamiento de 500 mil barriles de crudo se mantuvo activa durante dos días. Ante ello, el complejo suspendió su producción en julio del año pasado y en agosto reportó una transformación de apenas 126 mil 362 barriles por día.
A unos días de haber reiniciado su actividad de manera regular, el temblor de 8.2 de magnitud que tuvo su epicentro en Pijijiapan, Chiapas, el 7 de septiembre de 2017, dejó nuevamente fuera de servicio a la refinería que durante años lideró la producción de Pemex.